martes, 6 de octubre de 2020

"Guíame, Señor, por el camino eterno"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El espacio de la escucha en el terreno de la fe es vital, determinante; la fe no es algo abstracto, fruto de la imaginación o creatividad de cada uno; no, la fe tiene contenidos objetivos... Dios ha revelado su Voluntad en su Palabra, y nosotros decidimos, si pisar o no ese terreno, y si nos disponemos a desvelar y conocer en esa luz, algo más que lo simplemente natural y primario...

Jesús alaba la actitud de María, a sus pies, atenta a su Palabra, y advierte a Marta, su hacendosa hermana, que la inquietud y el desasosiego impiden el justo valor a lo relativo, dejándonos pasar sin percibir, la importancia de lo absoluto... Incorporemos nuestra cita diaria con la Palabra de Dios, proclamada en la liturgia, y alimentemos la fe con alimento sólido... ampliemos a la información que recibimos cada día, la buena noticia del evangelio, y cribemos la verdad de lo que nos llega, sobre esta base, que sin duda nos despertará a la sabiduría y a los valores permanentes que Jesús predica y propone, para acercar el Reino al presente, curándonos del relativismo y la idolatría, que ensombrecen la conciencia y nos impiden acertar al discernir y decidir...

El conocido salmo 138, una vez más propuesto por la liturgia, es una nueva oportunidad a rezar ante Dios sin caretas, seguros de que somos creados con patrón único, y amados con amor eterno... podemos recurrir a  su poder y dejarnos cuidar en su Voluntad con el alma en la confianza...

"Señor, tú me sondeas y me conoces.
Me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.

Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has plasmado portentosamente,
porque son admirables tus obras. 

Mi alma lo reconoce agradecida,
no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra" (Salmo 138)...


Fortalezcamos la comunión, porque ella es un reclamo de la intercesión... nos necesitamos todos para atravesar este mar embravecido.... pensemos en nuestros enfermos que siguen luchando su batalla cada día... uno a uno... también sus familias... pero, lógicamente seguimos sumando el dolor del momento presente en tantos hermanos y hermanas que se ven sorprendidos por los efectos de esta pandemia en propia carne... Miremos al cielo con fe, seguros de que Dios está a nuestro lado y su gracia nos sostiene y nos socorre... Acudimos, como cada día, al Beato Tito para apoyarnos en su intercesión y pedirle su valiosa ayuda... Que el cielo derrame sobre nosotros la misericordia que necesitamos y suplicamos con fe, humildes, insistentes, perseverantes...
"confiando en el Señor, no me he desviado"

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria