viernes, 17 de diciembre de 2021

"En sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Empezamos hoy la llamada "novena de navidad" y vemos, por la liturgia, a Dios metido de lleno en la historia humana, descendiente de un pueblo, entremetido entre santos y pecadores, sin alardes, ni preferencias al tomar nuestra carne... uno más, nacido de mujer, bajo la ley, para llevarnos a todos al estado de gracia haciéndonos dignos de recibir de Dios su misericordia y su perdón...

La Virgen, va tomando primeros planos, y nos quiere entregar a cada uno su propio misterio, hecho posible gracias a la fe, y que en el tiempo se va develando, no sin guardarse mucho de lo que aún le queda por revelar... Dios está desbordando su misericordia sobre este mundo cerrado en su egoísmo, y son los pobres de espíritu, los que son capaces de gozarse con su salvación... Ojalá estemos entre ellos, porque el deseo de Dios es que recibamos de Él sus dones y su benevolencia... 

Hagamos espacio dentro de nosotros a la Palabra que salva... dejémonos iluminar por la fe, y demos posada a la misericordia, que quiere habitar con nosotros, sacándonos de la mentira, la soberbia y la frivolidad... Dios, el humilde, desciende hasta nosotros para ascendernos hasta Él... El salmo 71, servido en la liturgia hoy, expresa este deseo que puede realizar Dios en nosotros... que la fe nos avale y nos sea posible...

"Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. 

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre. 

En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra" (Salmo 71)...


Acerquemos a su don los enfermos de nuestro blog... todos, uno a uno... también sus familias... Miremos al cielo buscando el resplandor de su luz, y por la intercesión del Beato Tito, pongamos en común nuestras súplicas... Pidamos con fe, la salud para todos ellos, en el deseo grande, de ver la gloria de Dios, reflejada en cada uno de los que queremos permanecer en la confianza, sabiendo que Dios es fiel... Él cumplirá en nosotros su Palabra...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria..