miércoles, 30 de septiembre de 2020

"Llegue hasta ti mi súplica, Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


No es fácil escuchar a Jesús entre las voces que aturden por doquier... nuestro mundo impone sus ofertas elevando el tono y avasallando espacios, y consigue llevarse a las masas a la deriva, porque caminar sin rumbo, es vivir perdidos sin retos ni meta, sin conquistas y sin sentido...

Por el contrario, la "disonante" llamada de Jesús, no aduladora, desprovista de seguridades, hace de la fe en Él, una opción seria y comprometida, aparentemente no gratificante, pero con garantía de estabilidad y esperanzado futuro, que comienza a dar señales de prosperidad ya en el presente, certeros de que lo relativo, debe estar en función de lo permanente, sin absolutizarlo, ni centrar en ello nuestros objetivos...

Atendamos a Jesús e incorporemos a nuestros afanes los valores de su Reino... acojamos sus propuestas y no volvamos la vista atrás, seducidos por el engaño de promesas vanas... La vida es sólo camino, vamos de paso; y el futuro, presente ampliado, del que podíamos disfrutar ya, si la sensatez hiciera frente a la soberbia y la venciera con la humildad de aceptar nuestra condición humana, que guarda una dignidad muy alta, y que nos pasa desapercibido por ambición... somos  hijos de Dios, creados a su imagen... Recemos el salmo 87 y acojamos la ayuda de la gracia... 

"Llegue hasta ti mi súplica, Señor.
Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias? 

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,
o tu justicia en el país del olvido? 

Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor, me rechazas
y me escondes tu rostro?" (Salmo 87)...


Recordando a nuestros enfermos, peregrinos de la confianza, con los que vamos haciendo camino cada día, en nuestro blog... pedimos al cielo para ellos, la salud, la fortaleza, la esperanza, la fe... nos apoyamos en la intercesión del Beato Tito, poniendo ante él nuestra confianza, presentándole nuestras súplicas para que las lleve a Dios, y Dios las cumpla...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria