sábado, 16 de enero de 2021

"Tus palabras, Señor, son espíritu y vida"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La misericordia de Dios es la verdadera revolución causada por Jesús cuando anuncia el Reino y llama a pecadores a ir con él, abandonando actitudes retorcidas, fruto del egoísmo, la codicia, la idolatría... es el caso traído hasta nosotros hoy por la liturgia en el evangelio de la misa... La Palabra de Dios cura y salva de todo cuanto nos impide vivir, y gracias a ella, podemos renacer a la gracia y a la salvación llenándonos de alegría y esperanza, en medio de los avatares a que cada día nos vemos sometidos por nuestras "cuitas" y proyectos, tantas veces torcidos y errados, haciendo mal a otros y a nosotros mismos...

Ciertamente, como nos cuenta la palabra de Dios hoy, para consuelo nuestro, la iniciativa parte siempre de la gracia, por lo que la sabemos asegurada... Dios va por delante, derramando ocasiones y oportunidades a cada paso que damos, pidiéndonos de mil manera que le dejemos habitar nuestra casa, dejando entrar en nosotros su luz y su paz, capacitándonos por ello para hacer el bien y acertar al elegirlo...

Acojamos la misericordia de Dios que se desborda cada día sobre la fe de los humildes y abramos el alma a Jesús que quiere entrar dentro de nosotros restituyendo lo que hemos torcido y roto, por nuestros pecados. El mejor comienzo está en la escucha atenta, orante, de su Palabra, que es viva y eficaz con capacidad de hacer lo que dice, y que además, nunca pasa sin dejar rastro...

 "La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. 

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. 

 El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. 

 Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío" (Salmo 18)...


Recordando a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo suplicantes y presentemos a Dios los anhelos que llevamos dentro, en la confianza de que "para Dios nada es imposible. Dios lo puede todo"... Que la intercesión del Beato Tito, haga nuestra fe fuerte para ser coherentes con lo que pedimos, sin olvidar lo que debemos aportar a nuestras súplicas... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria