martes, 7 de julio de 2020

"Israel confía en el Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!



Nos encontramos hoy en el evangelio, una vez más, con la actitud retorcida con que se muestran los fariseos ante Jesús, provocando, por el prejuicio, la confusión, en los que le escuchan asombrados y conmovidos de su enseñanza, sus gestos, su manera de actuar...

Los prejuicios son una carcoma que hace estragos donde los intereses subjetivos de unos pocos distorsionan la realidad en el intento de influir en otros... Pasa a la fe desde sus inicios, y es la lucha a que Jesús se ve sometido... esta misma presión llega hasta nosotros ¡¡cuántos cristianos pagando precio altísimo, por el solo delito de creer y seguir a Jesús!! ¡¡cuánto terreno han ganado a la fe estas corrientes de turno, que amenazadas por el bien, se ensañan en el mal como única arma con que ganar batalla, sin más frutos que el caos, del que también cosechan males ellos mismos!!... 

Conmueve a Jesús vernos perdidos, heridos, confundidos... y nos busca, para que acercándonos a Él, también nosotros atraigamos a muchos al redil de este Pastor, donde comer buenos pastos, ser fortalecidos de raíz, y una vez libres y valientes, trabajar sus campos... Dios es nuestra verdadera y única necesidad, y el remedio además a todos nuestros ayes y suspiros... bien que lo recoge el salmo 143 en la liturgia, que ojalá recemos hoy, decididos, convencidos, y dispuestos a alimentar la fe enraizándonos en ella...

"Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas. 

Tienen boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;
tienen orejas, y no oyen;
tienen nariz, y no huelen. 

Tienen manos, y no tocan;
tienen pies, y no andan.
Que sean igual los que los hacen,
cuantos confían en ellos. 

Israel confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
La casa de Aarón confía en el Señor:

él es su auxilio y su escudo" (Salmo 113)...


Necesitamos sentir la mano de Dios sobre nosotros ¡¡que nuestras súplicas unidas hagan llegar al cielo nuestras necesidades!!... Pensemos, como cada día, en los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... Volvamos, cómo no, a sumar los que siguen atados a la pandemia como infectados, y también, los que están en vanguardia aliviando con su entrega y servicio, el dolor de los otros... Que la intercesión del Beato Tito nos atraiga nuevas gracias, y frutos a nuestra fe, de salud para todos...
"confiando el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria