miércoles, 25 de marzo de 2020

"Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!




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Escuchemos el "campanazo" que estalla hoy en la liturgia, porque el anuncio que se deja oír hace girar la historia, y es buena noticia para todos los que saben que no se bastan a sí mismos, y que Dios está de nuestra parte... El Eterno se hace tiempo y viene a habitar entre nosotros, haciendo del tiempo el camino de retorno a Él, que cada uno debemos recorrer... Es el alma de la Virgen, disponible por la fe, quien abre su regazo a la vida, cambiando el mundo sin moverse de sitio... traspasando, eso sí, la puerta del misterio, sin otra garantía que la fidelidad de quien le hace la promesa... en su respuesta incondicional, "hágase en mí, según tu Palabra", está recogido el mayor tesoro que sobre la vida y el mundo, ha caído en favor del genero humano, de todos los tiempos...

Mientras el mundo sigue su curso, los hombres sordos a lo trascendente, Dios planta su tienda entre nosotros, pintando el mundo de colores, dejando penetrar la vida en los entresijos de lo real... Dios, uno de nosotros, para decirnos cómo somos de verdad... Con su descenso a nuestra carne, nos permite elevar a nosotros la mirada, ascendiendo la vida a la altura de nuestra dignidad, recuperando en la gracia, lo devorado por la soberbia en el pulso mantenido de destronar a Dios, codiciando su sitio a precio de caos generalizado, sin más fruto que la muerte...

Agradezcamos a la Virgen el valor de su fe, y el fruto cosechado de ella para remedio nuestro... La Virgen entró en la Voluntad de Dios, y su vida no salió nunca del misterio... ¿Quién ha amado como la Virgen?... ¿Quién ha sufrido como la Virgen?... ¿A quién podemos agarrarnos con más seguridad que a la Virgen, aprendiendo de Ella a recorrer la vida, pisando sus pisadas y dejándonos acunar en su corazón?... Demos gracias a Dios por la fe de la Virgen, y agradezcamos a la Virgen la valentía de su fe... Creamos la Palabra de Dios, y prendamos en el mundo la luz que nos saque de las tinieblas que no nos dejan ver... Recemos con la Iglesia, el salmo 39, que la liturgia pone hoy en labios de Jesús, al entrar en el mundo por el alma de la Virgen, gracias a su fe... misterios que nos sobrepasan y que Dios quiere revelar a cada corazón creyente, por su misericordia infinita...

"Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: «Aquí estoy».

«-Como está escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. 

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes. 

No me he guardado en el pecho tu justicia,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea" (Salmo 39)...

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Seguimos viviendo momentos duros, inciertos, trágicos... hoy, por iniciativa del Papa, hemos respondido a la pandemia del virus con la pandemia de la oración, compasión y ternura, dejando oír en el mundo entero, a la vez, la oración del Padrenuestro, que nos enseñó Jesús... sin duda ese reclamo ha llegado al corazón de Dios y dará fruto abundante... Nosotros, un día más, pensamos en los enfermos del blog, todos, uno a uno... también sus familias... y, cómo olvidarnos de los sumados por esta plaga que nos asedia a todos... Que la intercesión del Beato Tito, acerque a la Madre del cielo, grávida de la gracia de Dios, nuestros suspiros entrecortados, para que venga a nosotros el auxilio del Señor y florezca la fe, en frutos de vida para todos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...


Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria