viernes, 15 de noviembre de 2019

"El cielo proclama la gloria de Dios"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

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Si nos dejamos instruir por la sabiduría, el argumento que se nos plantea hoy en la lectura de la misa, parece como caer de su peso... ¡¡estamos tan cerca de la luz!!... pues no; hemos de reconocer que nuestros ojos están embotados para alargar la mirada al infinito y llegar con la vista a la verdad última, que a la vez, es la primera y única, capaz de responder nuestros anhelos más hondos... 

Pensamos, o mejor, sentimos, que el azar es la mano que mueve los hilos del mundo y la historia, y vivimos huyendo hacia adelante, porque no conseguimos que lo real se someta a nuestras expectativas... No es cuestión de inventos, de sueños, de proyecciones ideales; la vida, este espacio temporal al que nos sentimos tan apegados, vino al mundo antes que nosotros... es más, fue pensada para facilitarnos el paso por sus veredas, de camino hacia lo que erróneamente llamamos muerte, y que por el contrario es Vida eterna... Pero el ser humano en su empeño de llegar donde no puede por sí mismo, impide lo mismo que procura, poniendo trabas en vez de optar por dejarse conducir...

El empeño de Jesús en su Palabra, es alentarnos a despertar a esta conciencia, provocando ante nosotros otro paisaje... y lo que es mejor, capacitándonos para pisar estos senderos, con otras actitudes más positivas, creativas, dinámicas y esperanzadoras... Lo canta el salmo 18, al que se nos invita hoy en la liturgia sumar nuestras voces, para rezar al cielo una alabanza digna de Dios, donde demos gloria a sus obras, y a su obrar admirable...

"El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los limites del orbe su lenguaje" (Salmo 18)...

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Volvamos a nuestro punto de encuentro y pensemos, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog, uno a uno... también sus familias... deseando para todos la salud y pidiéndola al cielo desde la intercesión del Beato Tito, rezamos confiados, sin dudar que el cielo responde y la gracia nos cubre a todos, fortaleciendo la debilidad en cada uno y custodiando la esperanza en cada corazón...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …