martes, 11 de agosto de 2020

"¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Qué dulce al paladar tu promesa, Señor"… – POR LA INTERCESIÓN DEL ...

Jesús hoy en el evangelio nos enseña confianza ¡¡estamos en el corazón de Dios con nuestro propio nombre!! ¡¡Cuántos gestos por parte de Dios para acercarnos a Él, a su misericordia, a su Voluntad!!... Dios quiere rescatarnos, librarnos del mal, salvarnos... Damos poca importancia a la salvación; no está en nuestros objetivos como algo que necesita de nosotros para poder realizarse ¡¡qué poco valoramos lo que más vale!! y siendo todo gracia, sin nosotros, impedimos el florecer de su eficacia...

La confianza y la inocencia -que no ingenuidad- son dos perfiles de un mismo rostro conque mostrar la sabiduría del conocimiento de Dios en Jesús, que haciendo camino con nosotros, nos abre a la vida verdadera, nos muestra los verdaderos valores y nos conduce al camino cierto... Aprovechemos el tiempo, iluminemos la vida a la luz de la fe, y abramos el alma a su verdadero espacio, dejándonos encontrar por quien nos busca apasionadamente... 

No le somos a Dios indiferentes... Él conoce nuestro nombre, nos conoce; nos dio la vida de su mismo ser, eso lo aprendemos en su palabra, que podemos rezarla, creerla, agradecerla, con el salmo 118, propuesto adecuadamente en la liturgia hoy, para ayudarnos a interpretar la realidad que nos lleva siempre a la Voluntad de Dios, como verdadera expresión de su amor incondicional...

"Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. 

Tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros. 

Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. 

¡Qué dulce al paladar tu promesa:
más que miel en la boca! 

Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón. 

Abro la boca y respiro,

ansiando tus mandamientos" (Salmo 118)...


Pensemos al rezar hoy, como cada día, en los enfermos del blog.. todos, uno a uno... también sus familias, necesitados todos de Dios y de la fuerza de la comunión... Acogidos a la intercesión del Beato Tito, seguimos pidiendo la salud para todos, y la fe para fiarnos de su Voluntad, rindiendo la nuestra a sus planes, que son seguros y firmes para llevarnos a Él y quedarnos a su lado mientras vamos de camino, y para siempre, donde están además, todos los que amamos, y donde los que amamos se encontrarán con nosotros...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria