martes, 20 de febrero de 2018

"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc. 23, 34).

Impera el silencio, más que las palabras, en todo el trayecto de la pasión de Jesús; y no por ello deja de ser revelador y elocuente cada gesto -tanto por su parte, como por la nuestra- que nos devuelve a todos, a nosotros mismos -si somo sinceros-, y nos deja ocupar a cada uno, el sitio que decidan nuestras actitudes...

Llama la atención, que precisamente crucificado, le escuchamos a Jesús, decir más, que a lo largo de todo el doloroso camino de la cruz... Son siete las veces que habla Jesús, ya crucificado... y está bien que le escuchemos todos sus palabras, a fin de que recibamos ese don que nos hace, dejándonos participar de esta tragedia suya, que hemos decidido nosotros, y que él asume libremente, para bien de todos...


Jesús que pasó por el mundo haciendo el bien, muere también haciendo el bien... "Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen"... Esa disculpa suya, es la que nos salva a nosotros... El misterio del amor de Dios, en Jesús, es insondable... ¡con lo que nos cuesta a todos perdonar!!... Está bien que miremos la cruz, reconozcamos nuestros pecados, y nos dejemos amar, hasta que nos duela tanto amor y despertemos al amor, también nosotros... Escuchemos a Jesús implorar perdón para nosotros, hasta que nos sintamos perdonados... amados... arrepentidos...

No dejemos pasar por alto la gracia de esta cuaresma y acerquémonos a la cruz de Jesús para que nos creamos que somos amados... hasta el extremo... sin condiciones... gratuitamente... Hemos crucificado a Jesús y Él nos justifica... ¡¡si nos creyéramos este don hasta apropiárnoslo, quedaríamos curado de raíz!!... Necesitamos acercarnos a la cruz de Jesús y hacer silencio hasta que escuchemos su amor por nosotros, resonando dentro de nuestro corazón herido... Tenemos la gracia delante... no la dejemos pasar...


La oración nos dispone y nos sensibiliza... nos ayuda a afinar los sentidos del alma y a percibir la necesidad que tenemos de Dios... Recemos unos por otros, para que multipliquemos la gracia de la fe en todos... recordemos a todos los enfermos del blog... uno a uno... también a sus familias... Insistamos en la salud de Martina que no evoluciona bien y está muy grave... Pensemos en todos los que están en momentos complicados... son muchos y nos impulsa a rezar, el deseo de ayudarles a todos... Miremos al cielo con mucha confianza, y esperanzados, unamos nuestras súplicas poniéndolas en manos del Beato Tito para que las acerque al Señor y a su Madre... pedimos la salud para todos... y para este tramo de dolor que viven, que anide en cada corazón la paz... la fortaleza... el consuelo... la fe y sobre todo la confianza... Jesús sabe, a qué sabe el dolor, y tiene que ayudarnos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María