domingo, 20 de octubre de 2019

"Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El tema central, hoy en la liturgia, es la oración... Reducir la oración a cubrir mis necesidades, es una actitud un tanto egoísta y reductora... En Cambio, si centramos la vida en la relación con Dios, nuestro Dios es un ser vivo, la relación tendrá todos los matices de la vida, y la riqueza de su presencia, nos irá iluminando el verdadero sentido del vivir, del convivir, del construir la vida... Separados del manantial, las aguas de nuestra fuente, pronto quedarán estancadas y pútridas... a veces, hacemos de la fe un mundo mágico, imaginario, que si no responde a nuestras expectativas, no tiene para nosotros ningún interés, y vaciamos de contenido el eje donde debemos estar, sostenidos, vertebrados y engarzados...

Dios es el sentido de la vida, y la fe es la conexión con esta realidad, que es la única por la que de verdad merece la pena vivir y estar vivos... La relación con Dios es la oración verdadera, y dentro de esta relación, como en cualquier otra, surgirán los matices con que colorear la realidad, dando sentido a cada acontecer...

Busquemos a Dios hasta encontrarle, y quedémonos a su lado tras el hallazgo de haberle encontrado... Recemos con fe el salmo 120, y creamos cada una de sus palabras, permitiendo al don de Dios calar en nosotros las certezas de su presencia y acción amorosa...

"Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. 

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel. 

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre" (Salmo 120)...


Pensemos, hasta recordar a todos, uno a uno, en los enfermos del blog... también sus familias... Que la intercesión del Beato Tito nos eleve nuestras súplicas al cielo, hasta que el cielo derrame sobre nosotros las gracias que imploramos... Que se curen los que están heridos por el dolor de la enfermedad, y que nos convirtamos a la gracia, todos los que creemos que el camino cristiano conduce a la verdad y a la vida verdadera...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …