El P. Tito mostró a
lo largo de su vida esa capacidad maravillosa para sensibilizarse con el ánimo
de sus semejantes. Supo mantener esa sensibilidad tanto en las cosas
aparentemente menos importantes, como en los momentos trágicos de las cárceles
y los campos de concentración. En la Universidad siempre miraba por el bien de
sus alumnos; siempre estaba dispuesto a compartir con ellos algo más que lo
rigurosamente académico. Según los que convivieron con él, tenía una facilidad
única para trasmitir ánimos a los que se encontraban en problemas, al alumno en
apuros, al padre de familia que le pedía una ayuda económica por determinados
problemas o al compañero italiano de la prisión de Kleve al que pasaba parte de
su ya escasísima ración de comida diaria, hasta que fue descubierto y castigado
duramente por ello.
Pero la solidaridad de
Tito Brandsma no es sólo una virtud (que no es poco). Hay debajo toda una forma
de entender la fe, toda una preocupación por "escuchar" al que vive
con nosotros, por percibir sus ritmos vitales y acompañarle en su caminar. En
este sentido, resulta muy significativa la preocupación del P. Tito acerca de
las posibles causas del ateísmo moderno. No comprendía por qué el progreso
técnico estaba llevando al hombre a alejarse de Dios y a perder su identidad
como ser humano. No basta con condenar al mundo, con decir que todo va muy mal,
"que esto no es lo que era" o que "la juventud está
perdida". Tenemos que preguntar y preguntarnos cuáles son las
preocupaciones de los hombres de nuestro tiempo, de nuestros hermanos, a los
cuales se nos ha enviado para predicar la buena noticia. Pensemos, que estamos a 30 o 40 años del Vaticano II. En este aspecto, sin duda,
el Beato Tito fue totalmente innovador.
Sobre este tema versó
su discurso de investidura como Rector Magnífico de la Universidad Católica de
Nimega, en Octubre de 1932. Fue un discurso profundo, teórico a la vez que
personal, que hizo pensar a más de uno y recibió numerosas felicitaciones,
entre ellas algunas de medios protestantes. El nuevo Rector confesaba: Entre
las numerosas preguntas que me hago, ninguna me preocupa tanto como
el enigma del por qué el hombre que se halla en vías de desarrollo y se siente
orgulloso de sus conquistas, se aleja de Dios de forma tan notable. ¿Es culpa
sólo de los que actúan de este modo? ¿Se nos exige a nosotros hacer algo para
que Dios brille de nuevo sobre el mundo con una luz más clara...?
¡Sin duda toda una
intuición del análisis que treinta años más tarde hará del ateísmo moderno
la Gaudium et Spes!
Ahí radica nuestro problema y ¡¡cuánto nos cuesta resolverlo!! ¿sería -o será- capaz la fe, de aportarnos esta luz, que nos permita mirar en la dirección correcta y hacer las opciones adecuadas, para que esta semilla germine en la flor y el fruto, que guarda en sí misma?
Esta Verdad es revelada ¡¡está a nuestro alcance!! la contiene la Palabra, que resuena en la vida, desde que Dios la pronuncia al tiempo, y le da Cuerpo en la Persona de Jesús ¡¡la fe entra por el oído!!
Aventuremos de manera inteligente y bebamos de la fuente que mana para nosotros y puede saciar nuestros anhelos... vayamos a la Palabra de Dios y configuremos en Ella, criterios para la vida de cada día, en orden al destino al que nos vamos acercando... comprometamos nuestra vida con la gracia y cultivemos estos valores que son para ahora y para siempre en la esperanza, de que las promesas hechas por Dios, se cumplen y es Fiel, quien dice lo que es capaz de llevar a término.....
Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.
Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.
Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.
Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.
Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.
Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.
¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!
Beato Tito, ruega por nosotros...
Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.
Padrenuestro – Ave María – Gloria …