sábado, 21 de marzo de 2020

"Quiero misericordia, y no sacrificios"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

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El evangelio propuesto hoy en la liturgia, es de todos conocido y a todos, nos repele la actitud del fariseo... ¡¡es tan sugerente la escena!!... Sin embargo, ¿quién se atreve a tirar piedras, libre de no caer en estos juicios, elevando la mirada sobre los otros, seguros de nosotros mismos?... ¡¡Cómo nos engañamos ocultándonos detrás de las apariencias, cuando a fin de cuentas, sólo nosotros quedamos al margen de la verdad que suponemos, cuando actuamos con doblez y fingimientos... La buena voluntad no suple las carencias, y el bien no se supone, se construye...

¡¡Ojalá despertemos la conciencia en la escucha de la Palabra de Dios, y acojamos su luz para vivir en la verdad, acercándonos al Señor a pedir perdón y su misericordia... agradezcamos la fe, decididos a vivir de ella, incorporando a la vida cotidiana actitudes coherentes, sin alardes y sin soberbia; sabiendo que hacer el bien no es posible sin dar cabida a la gracia, único remedio para vencer el egoísmo con la medicina de la caridad...

Lo expresa muy bien el salmo 50, encabezado hoy por una sentencia clara de Dios para nosotros, "misericordia quiero"... Acojamos el don de Dios, renovado cada día, llamándonos a la conversión en esta cuaresma, y en estas circunstancias tan sorprendentes en las que nos vemos todos incluidos, necesitados, amenazados, agobiados... Nos tiene que venir del cielo lo que necesitamos, porque nuestras pretensiones escapan a nuestras posibilidades...

"Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. 


Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.


 Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,

ofrendas y holocaustos" (Salmo 50)...

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Recemos humildes, unos por otros, y unamos fuerzas para reforzar la comunión y la fe... Recordemos a los enfermos del blog, peregrinos de la confianza... todos, uno a uno... también sus familias... demos cabida, cómo no, a los contagiados de esta pandemia de coronavirus, que nos azota sin piedad... Miremos al cielo y pidamos la intercesión del Beato Tito, para que nos sintamos socorridos, fortalecidos, ayudados... Que Dios y su misericordia vengan sobre nosotros, como lo pedimos con fe, mientras aguardamos la esperanza en su poder, por su Palabra...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...
   
Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …