domingo, 28 de marzo de 2021

"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Pisamos el pórtico de los días más grandes del año litúrgico con este tono agridulce que caracteriza el domingo de Ramos... Comenzamos la liturgia con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, atípica, porque este rey aglutina a los niños y cabalga en un pollino, y terminamos con el relato de la pasión, donde todos nos hemos sumado a ese "crucifícale" que le llevó a la muerte...

El ser humano creado por amor y para amar, entrega su dignidad a la soberbia y responde al amor matando... lo hicieron con Jesús y desgraciadamente se sigue haciendo a tantos otros, que como Jesús, creen en el amor y en el ser humano... No tenemos que escandalizarnos de lo que somos capaces, sino más bien, despertar al amor mirando a Jesús, que en su dolor, encarna silenciosamente el dolor del mundo, rescatándonos de la muerte, que es donde nos lleva cada día el afán de dominar la existencia a cualquier precio...

Atrevámonos a cruzar nuestra mirada con la de Jesús y dejemos resonar sus palabras, que llevaban vida en su voz mientras nos pintaba el Reino por el camino... Hemos querido ahogar su voz con nuestros gritos violentos, pero es absurdo, su Palabra es eterna y está vertida en la tierra, sin dejar de crear y recrear a quien se atreve a callar mientras le mira... Va a la muerte mansamente para evitar que tú y yo muramos para siempre... todos vamos en esta procesión, perdidos entre el gentío... no digamos lo que se escucha decir, mejor miremos a quien se le dice todo lo que no merece y calla, porque sabe que "no saben lo que hacen" aunque hacen lo que quieren... Hoy es Jesús quien reza el salmo 21, prestando su voz al dolor del mundo... con respeto unámonos a esta oración, y mantengamos la espera en la esperanza...    

"Al verme, se burlan de mí, hacen visajes,
menean la cabeza: «Acudió al Señor,
que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto lo quiere».

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos. 

Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. 

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel" (Salmo 21)...


Elevemos los ojos al cielo, y recemos unos por otros, poniendo en común nuestra fe, y apoyándonos en la comunión de los santos... Recordemos a los enfermos del blog... todos, uno a uno.... también sus familias... Nos acogemos a la intercesión del Beato Tito, apoyando en su fe, la nuestra, para que nuestras súplicas acerquen hasta nosotros, las gracias que imploramos... Mantengamos la esperanza, porque Dios sigue obrando maravillas, que saldrán a la luz a su tiempo, si nos fiamos de Él, renovando nuestra fe, en su poder y en su misericordia...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria