viernes, 1 de mayo de 2020

"Haz prósperas, Señor, las obras de nuestras manos"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Empezamos el mes de mayo con la mirada puesta en la Virgen María y San José, pero siempre desde la luz Pascual, que nos permite mantener la esperanza, a pesar de las sombras que atravesamos en nuestro camino, haciéndonos sentir oscurecidos, vulnerables, inseguros... Cada etapa de la vida tiene su propia luz, y es inevitable que se sucedan la noche al día, la calma en la tempestad, lo próspero con lo adverso; y cada uno lo afronta con los recursos que posee; de ahí, que sea importante no vivir desprovistos, porque todo en la vida puede tener una oportunidad...

Hoy la liturgia nos advierte de la trampa que se esconde detrás de las apariencias, impidiéndonos percibir las sorpresas de lo real... Nada está determinado; nosotros somos los que reducimos tantas veces, y de tantas maneras, nuestra capacidad y la de los demás, a los esquemas preestablecidos, por nosotros, o heredados del medio, para impedir ser objetivos y vivir abiertos a la providencia con que Dios aparece, rompiendo esquemas por donde menos pensamos e imaginamos, pudiendo encontrarnos con Él, y descubrir a su luz, otra verdad, oculta detrás de  lo que vemos, pero infinitamente esclarecedora, donde ampliar la mirada y las posibilidades...

Mirando a la Virgen y a San José, podemos percibir la hondura del misterio y decidirnos a entrar también nosotros en la órbita de la gracia, para que Dios pueda hacer su obra como la piensa y desea, en cada uno de nosotros... El salmo 89, con que somos invitados por la Iglesia a rezar hoy, acaricia la fe dejándonos sentir seguros cuando miramos a Dios y nos fiamos de Él... Aprendamos de la Virgen y de San José a ser cristianos en este mayo tan especial y doloroso que atravesamos todos......

"Antes que fueran engendradas las montañas,
antes que nacieran la tierra y el mundo,
desde siempre y para siempre, tú eres Dios. 

Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos.»
Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche. 

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores.

Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
Que tu obra se manifieste a tus servidores,

y que tu esplendor esté sobre tus hijos" (Salmo 89)...

The Church at Pergamos, Part 2 of 4 (series: Lessons on Revelations)

Sigamos bombardeando el cielo... necesitados de la misericordia de Dios para superar estos momentos... nos sentimos vulnerables... somos pequeños... recordemos, como cada día a los enfermos del blog, peregrinos de la confianza... todos, uno a uno... igualmente los contagiados por la pandemia... también los familiares de todos los que están sufriendo esta hecatombe... Que la intercesión del Beato Tito nos alcance lo que nuestra fe suspira en la fuerza de la comunión de los santos, donde nos apoyamos todos para hacerla más efectiva y eficaz... Cobijémonos en la gracia de Dios y seamos humildes para volver nuestros pasos a sus caminos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"... 

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria