miércoles, 14 de febrero de 2018

" la Cuaresma, «signo sacramental de nuestra conversión»"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente, 
y, al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría
pero el que persevere hasta el final se salvará" (Mt. 24, 11-13).

Los cristianos iniciamos hoy con la Iglesia el tiempo litúrgico de la Cuaresma "signo sacramental de nuestra conversión"... el Papa, en su deseo de ayudarnos a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia, se inspira para lanzarnos su palabra, en una expresión muy sugerente, contenida en el evangelio de Mateo, "al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría" (Mt. 24, 12)... "frase -dice textualmente el Papa- que se encuentra en el discurso que habla del fin de los tiempos y que está ambientado en Jerusalen, en el Monte de los Olivos, precisamente allí donde tendrá comienzo la pasión del Señor. Jesús respondiendo a una pregunta de sus discípulos, anuncia una gran tribulación y describe la situación en la que podría encontrarse la comunidad de los fieles: frente a acontecimientos dolorosos, algunos falsos profetas engañaran a mucha gente hasta amenazar con apagar la caridad en los corazones, que es el centro de todo el Evangelio"...

Quiere el Papa que nos preguntemos a la luz de este pasaje de la Escritura "¿Qué formas asumen hoy los falsos profetas?", "¿Cómo se enfría en nosotros la caridad?", "¿Cuáles son las señales que indican que el amor corre el riesgo de apagarse en nosotros?"...

Y nos motiva marcándonos una dirección: "Si vemos dentro de nosotros y a nuestro alrededor los signos antes descritos, la Iglesia, nuestra madre y maestra, además de la medicina a veces amarga de la verdad, nos ofrece en este tiempo de Cuaresma el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno.


Sigamos escuchando al Papa y acojamos la luz que él intenta acercarnos:
  • El hecho de dedicar más tiempo a la oración, hace que nuestro corazón descubra las mentiras secretas con las cuales nos engañamos a nosotros mismos, para buscar finalmente el consuelo de Dios. Él es nuestro Padre y desea para nosotros la vida.
  • El ejercicio de la limosna nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío. Cuánto desearía que la limosna se convirtiera en un auténtico estilo de vida. Al igual, que como cristianos, me gustaría que siguiésemos el ejemplo de los Apóstoles y viésemos en la posibilidad de compartir nuestros bienes con los demás, un testimonio concreto de la comunión que vivimos en la Iglesia.
  • El ayuno, por último, debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre.


Es provechoso adentrarnos en este tiempo, desde estas pistas que recibe del Papa la Iglesia entera, y poner en ella el interés y el deseo de llevarlo a la práctica.. vivirlo... y compartirlo... La conversión es una gracia a la que tenemos que disponernos... y la gracia es un don que merece ser apreciado... valorado... agradecido... y al que nos tenemos que adherir con responsabilidad...

Recemos, como todos los días, unos por otros y recordemos con empeño e interés a los enfermos del blog...a todos, uno a uno... también a sus familias... acogidos a la intercesión del Beato Tito, pongamos en común nuestras súplicas y esperemos del cielo gracias actuales para mantenernos en la fe y la confianza, mientras recorremos estos caminos difíciles, que no entendemos y que tanto nos hacen sufrir... Vamos con todos... a todos queremos ayudar... y para todos pedimos la salud... el consuelo... la fortaleza... la esperanza... y ¿cómo no? la confianza...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria