viernes, 23 de junio de 2017

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El corazón de Dios es un espacio vital, con las dimensiones del mundo y de la vida... todo está contenido en Él... ciertamente, dice la escritura, que "en Dios vivimos, nos movemos y existimos"... esta verdad es objetiva, aunque no sea objetivable... por eso la fe es una consecuencia "casi lógica"... no la podemos provocar, porque ya está en nosotros... pero sí reconocer, despertar a ella, quitando prejuicios, que nos van a llevar, a ocupar nuestro lugar de criaturas y darle a Dios el suyo de Señor y Dueño de todo, de nosotros también...

Si nos encontramos con el amor de Dios, derramado en tantas cosas -es tan fino este Dios nuestro que se cuela en cualquier rendija- y tenemos la humildad de reconocerlo y acogerlo, la actitud de la confianza es la primera sensación que brota del corazón creyente... no como algo interesado, dictando a Dios cómo tiene que hacer las cosas... sino rindiéndonos ante Él y entregándonos de lleno a su Voluntad...

Reducir la vida a la confianza de corazón, es un reto del hijo de Dios, al que tenemos que irnos acercando, porque al final sólo quien se fía y confía, acierta... y Dios es digno de confianza... es la mejor manera de agradecer y reconocer el infinito amor de Dios, en el que fuimos creados y en el que nos mantenemos en la vida para siempre... primero en el tiempo, después en lo eterno...  


Nosotros que somos peregrinos de la confianza, sabemos que la oración es un arma que despierta estos deseos, calma esta hambre a la vez que la provoca, y nos une en esta búsqueda saliendo al encuentro de los que la buscamos... 

Como cada día, recemos por nuestros enfermos... pasemos lista; que estén todos, uno a uno... acudamos a nuestro entrañable Beato Tito, y pongamos en sus manos nuestras súplicas, para que las ponga ante la Madre el Señor y el cielo permita florecer nuestra confianza en gracia, que se despliegue a su vez en muchas gracias para todos, la salud de los enfermos... el consuelo en sus penas... la fortaleza en su oscuridad... la paciencia en su espera... y la paz en su confianza...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …