jueves, 1 de abril de 2021

"El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La liturgia hoy nos centra en el corazón de la fe, y nos invita a sentarnos a esta mesa, transida de misterio y simbolismo, donde quien sirve es Jesús, quien da a comer su carne y beber su sangre es Jesús, y quien entrega a los suyos este memorial para que esta presencia suya se perpetúe en el tiempo es Jesús... Ciertamente, si retiramos la mirada de Jesús, vemos que no todos los que están, tienen el corazón donde están ellos... es muy profundo el misterio para captarlo desde la superficie... Es importante valorar los niveles a que nos movemos, para que las cosas que vivimos, no sean sólo anécdotas...

Ojalá recibamos de la gracia, por nuestra disposición interior, la sintonía con los acontecimientos que la liturgia celebra, porque están pasando aquí y ahora, y a  esa mesa somos invitados tú y yo, a dejarnos lavar los pies del alma por el amor infinito de Dios, que ha dado la vida para que tú y yo, tengamos acceso a Dios mientras vivimos, y al cielo cuando traspasemos el tiempo...

Purifiquemos lo que de traición al amor haya en nosotros por el triunfo -tantas veces- del egoísmo, la comodidad, la frivolidad, la indiferencia, de tantas maneras disfrazadas, que nos impiden reconocer y aceptar el misterio se la Voluntad del Padre, que es llevarnos al amor verdadero, entregado, gratuito, magnánimo, disponible, solidario, misericordiosa... Demos paso al amor, que motivado en la fe y la esperanza, se hace caridad en nosotros, y nos permite vivir en otra dinámica, mas coherente y comprometida, la que Dios quiere...  

"¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. 

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas. 

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo" (Salmo 115)...

Sin retirar la mirada de Jesús, vengamos, como cada día, a rezar unidos, prolongando el misterio de la comunión de los santos, tan eficaz para la gracia y los frutos de la fe... Recordemos a los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... que todos queden incluidos en nuestros ruegos, y que por la intercesión del Beato Tito, el cielo derrame sobre nosotros gracias nuevas, que nos alcancen la misericordia de Dios, cada uno a su medida, en su circunstancia, y según su necesidad... El amor de Dios, mostrado en estos misterios, nos den la luz que necesitamos para vincularnos a Jesús y dejarnos salvar en su amor desbordante...
"confiando en le Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...
Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.


Padrenuestro – Ave María – Gloria