viernes, 1 de diciembre de 2017

"ánimo hijo, tus pecados te son perdonados"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. 
En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. 
Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: 
"¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados". 
Algunos de los escribas se dijeron: "Éste blasfema". 
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: 
"¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? 
¿Qué es más fácil, decir: "tus pecados te son perdonados" 
o decir: "Levántate y echa a andar"? 
Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad 
en la tierra para perdonar pecados -entonces dice al paralítico-: 
"Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa". 
Se puso en pie y se fue a su casa. 
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida 
y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad" (Mt. 9, 1-8).

En la escena que tenemos delante en el día de hoy, observamos no sólo el poder de la fe, sino la relación de la fe con la gracia... No podemos pasar esto por alto; con la fe se genera la vida de la gracia dentro de nosotros, y los efecto son proyectados en el ámbito donde nos movemos...

Es Jesús mismo quien cuestiona y provoca el interrogante en los que se acercan a Él y le ven actuar, llevándonos a centrar la atención en el perdón de los pecados; verdadera parálisis a la que damos poca importancia y donde está la clave en la que debemos empeñarnos...


También este milagro lo arranca la intercesión... el impulso de la fe de los que "entregan" el paralítico a la presencia de Jesús, provoca unos efectos inesperados e insospechados, que en todos tiene resonancias... en todos hay reacción: de asombro... de admiración... de ironía... Si entramos en esta órbita, sentiremos sacudir nuestros cimientos, y, una vez cuestionados, quedar vinculados y comprometidos, desde otra mirada... desde otra percepción... desde otra experiencia...

A Jesús no le supone ningún esfuerzo llevar a cabo nuestros deseos... resolver nuestras situaciones... darnos a gustar su don... pero Él va más allá, a Él le importamos nosotros y nos quiere encontrar íntegros... Cerca de Él lo tenemos todo, y lo que nos falte, no será ningún problema vivir sin ello, porque elevando la mirada, la luz traspasa el horizonte y la esperanza se hace realidad... la vida verdadera empieza en el alma y termina en Dios, sin final y sin ocaso...


Animémonos a acercar los enfermos del blog a Jesús y dejémonos curar todos, porque la gracia de su presencia es para todos... su poder de sanación también... Pensemos en todos, uno a uno... -solicitan un recuerdo especial para Encarni Martín, recién intervenida de colon y que en unos días será decisiva su recuperación... también Pedro Beltrán ha sido intervenido, y él asiduamente reza por todos, pongámosle también nosotros a él, al calor de  la gracia que sana... incorporamos también a Felicidad que está operada y de cáncer hace un tiempo y tiene problemas de nuevo-... y acogidos -entonces- a la intercesión del Beato Tito, busquemos la gracia y la fe práctica, que es de donde nacen los frutos... el Señor puede curar todas nuestras enfermedades, pero no le es indiferente si vivimos en gracia o no... confiemos en su misericordia, pero abrámonos a la experiencia que trasforma y nos sitúa en la senda verdadera...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …