domingo, 30 de julio de 2017

"El Señor es Justo y ama la justicia"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


En nuestro recorrido por las virtudes cardinales, hemos visto ya de cerca la prudencia y hemos valorado cuánto bien puede hacer a nuestra vida, intentar incorporarla y contar con ella al vivir, para comer de sus frutos hasta poder ofrecerlos, haciendo del mundo una casa y formando los hombres todos, una familia... remitida al Creador y Padre, de todo y de todos...

Acerquémonos ahora a la justicia... una actitud muy manejada y muy poco tomada en serio, porque nos cuesta situarnos en nuestro sitio, para darle a ella el lugar que ocupa... ¿qué es la justicia? el diccionario dice "Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde"... el catecismo de la Iglesia Católica dice también "La justicia es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. La justicia para con Dios es llamada “la virtud de la religión”. Para con los hombres, la justicia dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común"... 

¿Qué decimos nosotros? cuando hablamos de justicia, ¿hablamos de derechos o de deberes?, ¿pensamos en dar o en recibir? ¿nos referimos a nosotros, o a los otros? la justicia requiere una rectitud de intención tan verdadera, que lejos de la gracia de Dios es difícil vencerle la partida al egoísmo... sólo Dios que es Justo, puede enseñarnos justicia... Si de verdad valoramos este bien y lo queremos incorporar a nuestra vida, hemos de empezar por acercarnos a Dios y beber en sus Palabras los principios básicos para ser hombres, expresándonos desde la dignidad inserta en lo más profundo de nosotros, la filiación divina... somo hijos de Dios y el hijo de Dios tiene que ser humano, fraterno, solidario...


La justicia es un camino largo... lento... profundo... y productivo... pero, para la inmortalidad... no es compatible con el pecado del que está enfermo el mundo y en el que tan fácil es involucrarse por las modas y la cultura del momento... vendiéndonos el bien y el mal de forma subjetiva, y alejándonos con ello de su conquista, haciéndonos avanzar por sendas contrarias a donde podríamos encontrarle... 

La Palabra de Dios es cauce para enfrentarnos a la justicia y optar por ella... seamos valientes y busquemos esta perla, hasta encontrarla... y con ella, adornar nuestra vida a su luz... rezar es una buena actitud para enriquecernos en estos dones... y rezar unos por otros, ya es un don, que es gracia y que es bueno agradecer...

Pensemos pues y recordemos a los enfermos de nuestro blog, peregrinos de la confianza... hagamos un ramillete con todos nuestros deseos de bien para cada uno... busquemos la mirada serena de nuestro intercesor, Beato Tito... y pongamos en sus manos nuestras súplicas, para que sean llevadas al cielo y nos veamos socorridos, confortados, fortalecidos, curados... sigamos buscando al Señor y vayamos decididos a sus caminos, respondiendo también nosotros a sus deseos y sus mandatos... también Él, quiere nuestro bien y nuestra salud espiritual... nuestra alma, le importa mucho a Dios, más que lo corporal... Dios es eterno y para lo eterno nos trabaja, en el deseo de vernos llegar a Él para siempre...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …