martes, 8 de mayo de 2018

"Lo primero es pertenecer a Dios"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"El don de la gracia «sobrepasa las capacidades de la inteligencia
 y las fuerzas de la voluntad humana»
y «frente a Dios no hay, en el sentido de un derecho estricto, 
mérito alguno de parte del hombre. 
Entre él y nosotros la desigualdad no tiene medida».
Su amistad nos supera infinitamente, 
no puede ser comprada por nosotros con nuestras obras 
y solo puede ser un regalo de su iniciativa de amor" (n. 54). 

La enseñanza de la Iglesia, para un cristiano no es arbitraria nunca, sino determinante para conocer la verdad y acoger la gracia; y ahí, sí que "solemos ir cojos", porque escuchamos y atendemos sin pereza, ni demora, los "numerosos prejuicios" que ocupan los primeros planos en nuestro mundo, frutos de la moda y la cultura; y nos vamos tras ellos, sin conocimiento de causa, ni discernimiento... simplemente lo impone una mayoría, y nos sumamos, sin saber dónde nos lleva y dónde llegaremos, detrás de estas ofertas de "usar y tirar"...

El Papa se argumenta para trasmitirnos su enseñanza en la doctrina de la Iglesia, avalada por la Palabra de Dios, recogida además en sínodos, concilios, documentos y en el propio testimonio de los santos... La conclusión a que llegamos es unánime desde los distintos ámbitos, "el cristiano no se justifica por las obra, sino por la gracia del Señor que toma la iniciativa" (n. 54) ... "Solamente a partir del don de Dios, libremente acogido y humildemente recibido, podemos cooperar con nuestros esfuerzos para dejarnos transformar más y más. Lo primero es pertenecer a Dios. Se trata de ofrecernos a él que nos primerea, de entregarle nuestras capacidades, nuestro empeño, nuestra lucha contra el mal y nuestra creatividad, para que su don gratuito crezca y se desarrolle en nosotros" (n. 56)...


Tenemos delante un tesoro, que ojalá nos decidamos a invertir, para hacernos con él... Pretendiendo ser libres, hemos conseguido hacernos esclavos de tantas cosas de tan poca consistencia, que vamos por la vida "amenazados" de quedarnos sin nada en cualquier momento... Ésa es la trampa, creer que nos bastamos a nosotros mismos, tanto para enderezar, como para torcer nuestros pasos; y no, el sarmiento que no está unido a la vid, no puede subsistir, "todas nuestras justicias tienen manchas a los ojos de Dios" (n. 54)...

Atendamos a los cauces que desde la fe se nos abren al paso, y no temamos pisar en esa dirección... nos conduce la gracia... la gracia nos impulsa... por gracia respondemos y en la misma gracia florecemos... "Así como el supremo mandamiento del amor, esta verdad debería marcar nuestro estilo de vida, porque bebe del corazón del Evangelio y nos convoca no solo a aceptarla con la mente, sino a convertirla en un gozo contagioso. Pero no podremos celebrar con gratitud el regalo gratuito de la amistad con el Señor si no reconocemos que aun nuestra existencia terrena y nuestras capacidades naturales son un regalo. Necesitamos «consentir jubilosamente que nuestra realidad sea dádiva, y aceptar aun nuestra libertad como gracia. Esto es lo difícil hoy en un mundo que cree tener algo por sí mismo, fruto de su propia originalidad o de su libertad»" (n. 55)...


¡¡Despertemos!!, adhirámonos a estas luces y reconozcamos que en Dios lo tenemos todo... pidámosle a él una sincera "actitud de discípulo", y optemos por sus senderos... desconocidos senderos, es verdad... tortuosos senderos, ciertamente... pero nos acompaña Él mismo... Él mismo nos conduce... Él nos dirige... No seamos suficientes... escojamos ser humildes y demos a Dios su sitio... Nosotros, acunados en la confianza, creamos en su amor infinito y en su gracia salvadora donde estamos y queremos permanecer...

Con nuestro recuerdo a cada enfermo de este blog, uno uno... también para sus familias... miramos al cielo acogidos a la intercesión del Beato Tito y poniendo en común nuestras súplicas, pedimos la salud de todos y un aumento de gracia, que les capacite para madurar la fe en el dolor y verla florecer para gloria de Dios... Queremos ayudarles a todos... sabemos que muchos atraviesan túneles oscuros, pero vamos con ellos complementando las gracias de la comunión que siempre es eficaz y efectiva... Mantenemos el corazón en la confianza y valorando el don de Dios, queremos acogerlo y pasarlo por nuestra vida, para que nos conforme con la Voluntad de Dios, expresión máxima y concreta de su amor en cada uno de nosotros...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María