sábado, 5 de marzo de 2022

"Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


También hoy pasa Jesús por nuestro lado y nos dice como a Levi, "sígueme", estemos donde estemos... no pone Dios nunca, condiciones a la hora de encontrarnos, porque ciertamente él busca de nosotros, la herida que curar, el pecado que sanar, la trampa de la que sacarnos cuando nos escondemos huyendo de nuestras pobrezas existenciales, verdadera causa de nuestra vulnerabilidad... 

Nos pinta el evangelio hoy dos perfiles en los que identificarnos, y ojalá acertemos a inclinarnos del lado bueno, libres de opiniones ajenas... Jesús salva a Leví condenando a la vez, la actitud retorcida de los fariseos, que aprovechan cualquier movimiento para el juicio y la censura... Centremos la mirada en Jesús y aprendamos de Leví a levantarnos de donde estemos, e irnos con él, a recibir la gracia de su salvación, seguros de que siempre hay remedio para un pecador arrepentido, porque Dios busca lo perdido del ser humano para recuperarlo en su misericordia...

La cuaresma es el tiempo oportuno para abrirnos a la gracia y acercarnos al Señor, decididos a cambiar el rumbo a nuestros pasos perdidos, dirigiéndonos a su encuentro, y cerca ya de él, fortalecer nuestra debilidad en su amor desmedido... El salmo 85, reza esta necesidad de acertar con la verdad a seguir y en la que crecer, para compartirla, ofrecerla, y hacerla encontradiza a muchos perdidos que buscan...

"Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva, Dios mío, a tu siervo, que confía en ti. 

 Piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti, Señor. 

 Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica" (Salmo 85)...


Volvamos a recordar a nuestros enfermos... todos, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo... que la fe dibuje esperanza en cada dolor que nos oprime, en cada anhelos que suspiramos... Ayudados de la intercesión del Beato Tito, renovemos la confianza de que Dios nos mira con ternura, y esperemos del cielo las gracias que pedimos humildes, insistentes, perseverantes... no nos olvidemos de rezar por la guerra, y tantos hermanos que están sufriendo esta barbarie en propia carne...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria...