lunes, 17 de febrero de 2020

"Cuando me alcance tu compasión, viviré, Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

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La Palabra de Dios, que es luz para pisar firme la vida cada día, nos exige madurez para entrar en los raíles de la fe y dejarnos enriquecer por el misterio, que envuelto por la gracia, busca espacio en nosotros para conducirnos e iluminarnos... ¡¡No saquemos la vida del misterio, ni hagamos del misterio un mito!!... el ser humano viene al mundo como aprendiz, y sólo dejándose enseñar dará pasos acertados que le conducirán al destino que la vida lleva...

El apóstol Santiago es protagonista hoy en la liturgia dando pautas de las actitudes que dan alma a la fe y le permiten recoger frutos para el vivir diario, engarzando unas virtudes a otras y pintando la vida desde otras perspectivas más sólidas y con más sentido que lo puramente material y fortuito... Y es que la vida se determina según donde nos encontramos situados para acogerla, interpretarla y desplegarla...

Tengamos la valentía de entregarnos a la fe sin reservas, para que sea la fe la que nos vaya aportando toda su riqueza y podamos sacar provecho a todo lo que cada día aparece ante nosotros, entre nosotros, cerca o lejos de nosotros... Lo expresa bien el salmo 118, que la liturgia reza hoy en boca de la Iglesia y sus cristianos, que alimentan su fe en la Palabra proclamada, viva, eficaz, con capacidad de hacer lo que dice...

"Antes de sufrir, yo andaba extraviado,
pero ahora me ajusto a tu promesa. 

Tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus leyes. 

Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus mandamientos.

Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. 

Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir.

Que tu bondad me consuele,

según la promesa hecha a tu siervo" (Salmo 118)...

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Viviendo juntos la fe, pensemos y recordemos a todos los enfermos del blog, y pidamos por ellos, uno a uno... también sus familias... Nos acogemos a la intercesión del Beato Tito y acercamos al centro "los suspiros" de cada corazón, con los que cada uno suplica al cielo el socorro de sus necesidades... Sabemos que muchos están atravesando grandes tempestades y les acunamos en la confianza para que mantengan la actitud que les permita creer y esperar... Dios nos trabaja en su Voluntad para darnos vida, y de Él, tenemos que fiarnos, sin entender, pero sin vacilar...  
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …