miércoles, 28 de agosto de 2019

"Señor, tú me sondeas y me conoces"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Hace contraste en la liturgia de hoy -como pasaba también ayer- las lecturas de la misa, con el salmo, que lo continuamos hoy porque no lo rezamos ayer entero... Reconocer que vivimos cobijados por la presencia consistente de Dios, sostenidos en su regazo; es provocar en nosotros confianza... rendirnos a su amor sin condiciones puede despertar en nosotros ese mismo amor, gratuito, concreto, real, que nos lance a la vida con otros recursos más veraces y verdaderos... 

Jesús se muestra fuerte, enfrentado a los fariseos, pero ¡¡ojo!! la enseñanza es para todos, porque todos podemos matar la caridad con el egoísmo, y las consecuencias serían las mismas... Escuchemos entonces la Palabra que la Iglesia hoy nos trae a la mesa de la vida, pero centrémonos en el salmo 138... recemos con él sin soltarnos de cada palabra, para que al tocarnos el alma caldee nuestra frialdad e diferencia... que la verdad de estar en Dios sostenidos, nos permita hacer camino por sus caminos, y avanzar a la vida que Él quiere para nosotros... sin doblez, sin prejuicios, sin intereses propios que anulen los derechos de los demás...

La vida cristiana es una fuente de riqueza que no pueden quedar anuladas por el pecado, personal y colectivo... tenemos que escuchar a Jesús y creerle...

 "¿Adónde iré lejos de tu aliento, 
adónde escaparé de tu mirada? 
Si escalo el cielo, allí estás tú; 
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. 

Si vuelo hasta el margen de la aurora, 
si emigro hasta el confín del mar, 
allí me alcanzará tu izquierda, 
me agarrará tu derecha. 

Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra, 
que la luz se haga noche en torno a mí», 
ni la tiniebla es oscura para ti, 
la noche es clara como el día" (Salmo 138)... 
Con el pensamiento en los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... miremos al cielo suplicantes... humildes.. confiados... que por la intercesión del Beato Tito, el cielo derrame sobre cada uno de ellos la misericordia de Dios y queden curados... de cuerpo y de alma... que todos los que buscamos al Señor cada día, sintamos el impulso de la gracia y nos decidamos a ser coherentes con la fe que decimos profesar... que nos acerquemos cada día con más ansias a la escucha de la Palabra ¡¡no es cualqueire Palabra!!, y la ofrezcamos a nuestros prójimos -los que tenemos mas cerca-, como el mejor de los regalos...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …