viernes, 12 de febrero de 2021

"Dichoso el que está absuelto de su culpa"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La liturgia nos narra hoy en la primera lectura de la misa, el diálogo de la serpiente con Eva, llevándola al terreno de la desobediencia, seduciéndola con la mentira, llevándola a elegir lo prohibido, entre las múltiples posibilidades ofrecidas, dejando su libertad herida y esclavizada, incapaz de asumir las consecuencias que de aquí se derivan...

Dialogar con las seducciones del demonio, disfrazadas de toda clase de posibilidades es una conquista perdida que nos cierra los ojos a la realidad y nos incapacita para reconocer el bien, lo bueno, lo verdadero, y decidirnos a ello con la garantía de la bendición de Dios, magnánima, múltiple, generosa...

Conscientes de que somos "hijos de Eva", herederos de esta lacra de debilidad, permitamos hoy a la liturgia encender nuestra esperanza dejándonos llevar por ella hasta Jesús, que puede curarnos, separándonos del bullicio, desatascando Él mismo nuestra sordera, hasta que por su Palabra, entre nosotros la fe, que ilumina el alma y nos enseña la verdad...

"Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito
y en cuyo espíritu no hay engaño.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. 

Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará. 

Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación" (Salmo 31)...


Pensemos, como cada día, en los enfermos del blog... hasta recordar a todos; sí, uno a uno... también sus familias... que el dolor no les nuble el horizonte, y nuestra oración por ellos les sostenga en los momentos más vulnerables... Pidamos la intercesión del Beato Tito para llevar al cielo nuestras súplicas, y que el cielo nos devuelva en bendición el fruto de nuestra fe, dándoles la salud a ellos, y a todos nosotros, la gracia de adherirnos al Señor incorporando a nuestro vivir diario, sus valores, sus criterios, sus preferencias... su Voluntad...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria