viernes, 9 de febrero de 2018

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; 
el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;
 porque sin mí no podéis hacer nada. 
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, 
pedid lo que deseáis y se realizará" (Jn. 15,5.7).

La vida entera de Jesús es reveladora; no sólo su enseñanza, también su estilo y su manera de vivir trasmite un “eco” que cuestiona… motiva… atrae… o incluso, incomoda y crea resistencias… No obstante, el contacto con su palabra nos va llevando a un punto, donde lo que Jesús pretende es ofrecernos una riqueza mayor: hacer posible la fe como experiencia que vincula… y desde una mirada más amplia, aunque más concreta, facilitarnos actitudes más profundas con que enfrentarnos al vivir de cada día…

Nos va acercando Jesús a su propio corazón, y en él percibimos “al respirar” otra atmósfera con otro contenido... Cada vez que nos aproximamos al conocimiento de Jesús, y vivimos a su lado una experiencia de encuentro “saboreando” su presencia, el mismo Jesús pone su poder a nuestro alcance y nos permite realizar -en Él- sus mismos signos… pero, una vez más ¡no lo olvidemos!, lo importante no es “el poder”, lo importante es “dar frutos”, integrados como el sarmiento en la vid, hasta ser racimo… 


Desde aquí podemos permitir, como un “desperezo”, expresar el reino entre nosotros, despertando en muchos la conciencia de hijos de Dios y hermanos unos de otros, haciendo posible la paz… la justicia… la libertad… el amor… A esta realidad nos encamina el cultivo de la fe que trabajamos cada día, acercándonos al Señor en su Palabra, y a ser posible; mejor, ¡que sea posible!, en los Sacramentos… “si no comemos la carne del Hijo del hombre, no tenemos vida en nosotros”… desde Jesús y en Jesús, sus obras salen de nosotros...


Nos ayudamos a hacerlo posible rezando unos por otros… Acudamos pues al punto de encuentro que es nuestro blog… -apoyemos a Diego que nos necesita... también Juan Antonio se debate en la lucha sin mucho éxito... ayudemos a Ángel Pascual... Laura Calero... son muchos los que atraviesan sendas oscuras en la esperanza de ver la luz- ...busquémonos hasta que estemos todos… ¡¡los peregrinos de la confianza en comunión!!... Pasemos lista y recordemos uno a uno, a todos los enfermos del blog, que esperan cada día este refuerzo que multiplicamos en la fuerza poderosa de la intercesión, acogiéndonos al amparo protector del Beato Tito, que supo trascender el dolor y sembrarlo en la fe, dando a Dios la iniciativa de la cosecha, sin dudar que nacerían los frutos… en su confianza ponemos la nuestra; en su fe, nuestra fe, apoyándonos en él, para alcanzar del cielo lo que esperamos… Optamos por permanecer en Jesús... ponemos en común nuestras súplicas y creemos… confiamos… esperamos… nos abrimos a la voluntad de Dios, en la confianza de que no quedaremos confundidos…
“confiando en el Señor, no me he desviado”…

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria