domingo, 17 de enero de 2021

"Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


¿Hemos dado hoy a la Palabra de Dios un espacio suficiente para dejarnos tocar el alma y tener la misma experiencia que vivieron aquellos que escucharon al bautista decir, al pasar Jesús, "ese es el cordero de Dios", e irnos detrás de Él, a ver dónde vive, quién es, qué dice, qué hace?...

Es buen momento para volver también nosotros a rememorar nuestras primeras experiencias de encuentro con Jesús, de donde parte nuestra fe, para sanear nuestras raíces y fortalecerlas, a fin de que no sea nuestra fe algo añadido a la vida, sino el cimiento firme que nos permita vivir seguros en medio de los avatares a que nos vemos continuamente sometidos...

Estamos atravesando un momento históricamente complicado, que va tomado terreno, haciéndonos sentir cada vez más vulnerables... y la palabra de Dios, nos sale hoy al encuentro, alumbrando esta noche densa con otra luz que quiere abrirnos nuevos caminos de esperanza... Vemos en la primera lectura de la misa, un joven sorprendido por una voz que le llama, y que él desconoce porque nunca antes la había escuchado, y que gracias a la experiencia de otro, puede abrirse a ese don y responder... Dejémonos conducir a la fe por quienes viven de ella, y seamos humildes para ser aprendices de la gracia y la misericordia que Dios nos ofrece cada día, por todos los caminos que pisamos al vivir...

"Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. 

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. 

Entonces yo digo: «Aquí estoy
–como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad»
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. 

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes" (Salmo 39)...


Como cada día, pensando, hasta recordar a todos, en los enfermos del blog, uno a uno... también sus familias... incluyendo la pandemia y los infectamos que se suman cada día, miremos al cielo confiados y suplicantes, presentando a Dios cada situación, cada dolor, cada anhelo, para que nos sea devuelto en gracia, y respondamos a su voluntad con decisión y coherencia... Que la intercesión del Beato Tito, nos impulse a llegar hasta donde a nosotros nos cuesta, y al pedir, demos de nosotros lo que Dios también desea y nos pide... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria