domingo, 3 de febrero de 2019

"Mi boca contará tu salvación, Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La liturgia de hoy está llena de contenido para iluminar nuestra fe; sólo que hay que dedicarle tiempo para saborear paso a paso todo lo que puede trasmitirnos. Pues a veces nos pasa como a los de la sinagoga de Cafarnaum, que nos narra hoy el evangelio... de tan cerca que tenemos a Dios de nosotros, nos perdemos la eficacia de su presencia, por querer sacar la fe de lo cotidiano, y a Dios de los gestos simples, en los que a Él tanto le gusta expresarse... 

No seamos incrédulos "no pudo hacer milagros entre ellos porque les faltaba fe" dice la escritura... Descansemos hoy todos nuestros ajetreos en la palabra del profeta (que escuchamos en la primera lectura de la misa) y hagamos nuestro acto de fe, acercando el oído a esta Palabra de Dios, dejándole a Él mismo, decirlas a nuestro corazón...

Si nos dejamos tocar el alma, cantaremos con el salmista la salvación de Dios... ¡¡ojalá incorporemos a nuestra labor cotidiana un tiempo para la relación con Dios desde su Palabra!!... sí, la que cada día nos proporciona la Iglesia en su liturgia, y que tiene una intención expresa de instruirnos y alimentar nuestra fe, para que habitemos en la confianza que sostiene la fe y la esperanza, mientras avanzamos en el tiempo, aprendiendo a dejarnos amar en el amor de Dios, hasta poder amar también nosotros a los demás, como somos nosotros amados...

"A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre.
Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, 
inclina a mí tu oído y sálvame.

Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa.

 Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías.

 Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación,
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas" (Salmo 70)... 


Pensemos también hoy ¡¡cómo no!! en los enfermos del blog... hasta recordar a todos; sí, uno a uno... también sus familias... que el dolor no les nuble el horizonte, y nuestra oración por ellos les sostenga en los momentos más vulnerables... Pidamos la intercesión del Beato Tito para llevar al cielo nuestras súplicas, y que el cielo nos devuelva en bendición el fruto de nuestra fe, dándoles la salud a ellos, y a todos nosotros, la gracia de adherirnos al Señor incorporando a nuestro vivir diario, sus valores, sus criterios, sus preferencias... su Voluntad...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...