domingo, 25 de febrero de 2018

"Tengo sed"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Jesús dijo: "Tengo sed" (Jn. 19, 28).

Si de verdad somos capaces de atrevernos a escuchar a Jesús, moribundo, decir "tengo sed", despertaremos a nuestra indiferente y recortada comodidad, al darnos cuenta cómo esta sed, son más cosas, que su "tormentosa necesidad" circunstancial, por la que atraviesa... De esta realidad objetiva, considerando el contexto, nos podemos atrever a deducir otras verdades presentes, aunque quizás de manera simbólica, pero totalmente veraces y oportunas... ¿no nos evoca su privación acuciante, las necesidades primarias que urgen a muchos y que desatendemos despreocupadamente? En la Cruz de Jesús están todos esos gritos silenciosos que el mundo moderno no nos deja escuchar... ni cuestionarnos... ni comprometernos...

Su sed es también el deseo que Dios tiene del ser humano y el ser humano de Dios, sea cual sea el nombre que le dé a su aspiración última... La paradoja del grito de Jesús, es que con su sed, nos da de beber... "somos seres carentes, hechos de anhelos de infinitos"... ¿seremos capaces de acercarnos a beber su sangre, que nosotros mismos le hacemos derramar?... ojalá lo seamos y su mismo darse, nos permita a nosotros ser también donación como él...


Aprovechemos la cuaresma acercándonos a la gracia que mana del dolor del crucificado... pasemos de la devoción sentimental a la experiencia real de la cruz salvadora... redentora... purificadora... Son nuestros pecados los que llevan a Jesús a la muerte... y es su amor, hasta el extremo, quien mata a la muerte en su muerte... ¡¡Estamos salvados!!... Ya no hay muerte... Hay luz para tu dolor y el mío, si tenemos el acierto de iluminarlo con la fe...

El cristiano no se inventa la fe... ni cree en la VIDA por sugestión, para no desfallecer en el sufrimiento... ¡¡NO!!... el cristiano sabe que Alguien sufrió hasta morir, de manera gratuita, para librarnos a nosotros de la muerte... la muerte ha sido vencida, no anulada, ni ignorada... ¡¡VENCIDA!!... el crucificado y muerto, RESUCITARÁ... y nosotros CREEMOS...


La oración y la fe tienen que ir siempre unidas... la llama de la fe, necesita el contacto con la trascendencia... La gracia actúa de manera efectiva y eficaz, cuando nos acercamos a la fuente, sin pretensiones... la gracia es gratis... gratuita... Pero debe ser reconocida... valorada... acogida... agradecida... Con esta actitud, ayudémonos unos a otros, a alimentar y acrecentar la fe... Recordemos a los enfermos del blog... a todos, uno a uno.. también a sus familias... sabemos que son muchos los que están en momentos difíciles... complicados... dolorosos... y a todos queremos ayudarles a iluminar su dolor en el triunfo del crucificado... Nos acogemos a la intercesión del Beato Tito, que supo sufrir con el corazón en la confianza y miramos al cielo, uniendo nuestras súplicas, seguros de que la bendición de Dios, en su gracia, llegará sin duda multiplicada a todos, por nuestra actitud humilde... firme... constante.. perseverante... Creemos en la luz pascual y nos atrevemos a recorrer el camino del dolor mirando a la cruz, y dejándonos iluminar por ella... Dios es fiel... Es amor... Nos ama...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María