sábado, 2 de junio de 2018

"El discernimiento es una verdadera salida de nosotros mismos hacia el misterio de Dios, que nos ayuda a vivir la misión a la cual nos ha llamado para el bien de los hermanos"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Aún nos queda sumar la reflexión de hoy sobre el discernimiento para dejar completado -a grandes trazos- un itinerario concreto que nos abre paso a la santidad... a la nuestra... Ya sabemos -nos lo dejó claro, casi al principio, el Papa- que "«la santidad se mide por la estatura que Cristo alcanza en nosotros, por el grado como, con la fuerza del Espíritu Santo, modelamos toda nuestra vida según la suya»" (n. 21); por tanto, el tema de la relación con Dios es piedra angular para que esta obra de la gracia se lleve a cabo de manera efectiva y eficaz...

No obstante, el Papa sigue perfilando con precisión dónde tenemos que poner la atención para llegar de verdad al objetivo... Son palabras suyas: "podría ocurrir que en la misma oración evitemos dejarnos confrontar por la libertad del Espíritu, que actúa como quiere. El discernimiento orante requiere partir de una disposición a escuchar: al Señor, a los demás, a la realidad misma que siempre nos desafía de maneras nuevas. Solo quien está dispuesto a escuchar tiene la libertad para renunciar a su propio punto de vista parcial o insuficiente, a sus costumbres, a sus esquemas. Así está realmente disponible para acoger un llamado que rompe sus seguridades... Dios puede estar ofreciendo algo más, y en nuestra distracción cómoda no lo reconocemos" (n. 172)... La vida espiritual es comprometida y comprometedora; pero en sus raíles y por sus cauces, ¡¡si lo supiéramos apreciar!!...


Aún dice más el Papa... "Tal actitud de escucha implica, por cierto, obediencia al Evangelio como último criterio, pero también al Magisterio que lo custodia, intentando encontrar en el tesoro de la Iglesia lo que sea más fecundo para el hoy de la salvación" (n. 173)... Es una pena que tengamos prejuicios y pasemos tantas veces por alto lo que la Iglesia enseña, predica, ofrece y manda... Nos constituimos jueces, antes que discípulos, y no nos avala, ni la formación ni la información, para apoyarnos en nuestros criterios, quedándonos por elllo al margen, sin agenciar lo que nos falta para dar frutos de vida, en el terreno de la fe...

El cristiano que se sabe incluido en el misterio de Dios, no pretende vivir al margen de su Voluntad... es más, la busca apasionadamente... Y, "no se discierne para descubrir qué más le podemos sacar a esta vida, sino para reconocer cómo podemos cumplir mejor esa misión que se nos ha confiado en el Bautismo, y eso implica estar dispuestos a renuncias hasta darlo todoPorque la felicidad es paradójica y nos regala las mejores experiencias cuando aceptamos esa lógica misteriosa que no es de este mundo, como decía san Buenaventura refiriéndose a la cruz: «Esta es nuestra lógica». Si uno asume esta dinámica, entonces no deja anestesiar su conciencia y se abre generosamente al discernimiento" (n. 174)... 


Para terminar todavía da otro remarque acercándonos otro rayo de luz; merece la pena que sean sus palabras las que cierren su tratado de vida espiritual, donde tanto bien recibimos, y donde tan claro nos dibujó el boceto al que aspirar, en el deseo de hacernos el santo de nuestra medida que Dios sueña... "Cuando escrutamos ante Dios los caminos de la vida, no hay espacios que queden excluidos. En todos los aspectos de la existencia podemos seguir creciendo y entregarle algo más a Dios, aun en aquellos donde experimentamos las dificultades más fuertes. Pero hace falta pedirle al Espíritu Santo que nos libere y que expulse ese miedo que nos lleva a vedarle su entrada en algunos aspectos de la propia vida. El que lo pide todo también lo da todo, y no quiere entrar en nosotros para mutilar o debilitar sino para plenificar. Esto nos hace ver que el discernimiento no es un autoanálisis ensimismado, una introspección egoísta, sino una verdadera salida de nosotros mismos hacia el misterio de Dios, que nos ayuda a vivir la misión a la cual nos ha llamado para el bien de los hermanos" (n. 175)...

Agradezcamos al Señor las luces recibidas y pidamos al cielo fuerza y empuje para ser coherentes hasta incorporarlas a nuestra vida de cada día... Ayudémonos con la oración unos por otros, porque del camino personal se abastece la comunión y de ahí bebemos todos... Pensemos y recordemos a los enfermos del blog, a todos, uno a uno... también a sus familias... Amparados en la intercesión del Beato Tito recojamos los anhelos y los suspiros de todos, para que de su mano lleguen a la presencia de Dios y de la Virgen, y su misericordia derrame sobre nosotros bendiciones, con las gracias que anhelados, para gloria Suya... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María