miércoles, 12 de mayo de 2021

"Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La Iglesia, renovada en la Pascua de Cristo, se dispone a recibir de su espíritu para llevar la gracia y la salvación a todos... el espíritu es la gran promesa de Jesús para nosotros, a su vuelta al Padre, pues el espíritu es quien construye con nosotros, con sus dones y carismas, la unidad y la comunión, que es donde hemos de sostener las bases del testimonio y la evangelización, a fin de que a todos llegue la misericordia de Dios y la sabiduría, que reconoce la verdad y la sigue, acercando el Reino al presente...

El Espíritu es quien nos mantiene unidos a Jesús y a su proyecto, desvelándonos la voluntad del Padre, animándonos a seguirle, superando las dificultades impuestas por el egoísmo, disfrazado tantas veces de ángel de luz, llevándonos al engaño... 

El Espíritu debe ser deseado, suplicado, esperado.... la Iglesia reza insistentemente el anhelo de su llegada, y se dispone a recibirle acogiendo sus mociones... el Espíritu enseña lo que aún no sabemos de Dios, del Reino, de su Voluntad; y nos capacita para ser de los suyos, defender lo que de Dios hay en cada uno, y animar a otros mismos a descubrir la fe para despertar en la vida, la esperanza y el deseo del cielo, que es nuestro destino último... La Iglesia reza hoy en la liturgia el salmo 148, convocándonos a la alabanza, reconociendo la gloria de Dios y sus maravillas...

"Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles;
alabadlo todos sus ejércitos. 

Reyes del orbe y todos los pueblos,
príncipes y jueces del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los ancianos junto con los niños. 

Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. 

Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido" (Salmo 148)...


Reforcemos la comunión con la oración diaria, porque la intercesión nos reclama... nos necesitamos todos para atravesar este mar embravecido.... pensemos en nuestros enfermos que siguen luchando su batalla cada día... uno a uno... también sus familias... Miremos al cielo con fe, seguros de que Dios está a nuestro lado, su gracia nos sostiene, y nos socorre... Acudimos, como cada día, al Beato Tito para apoyarnos en su intercesión y pedirle su valiosa ayuda... Que el cielo derrame sobre nosotros la misericordia que necesitamos y suplicamos con fe, humildes, insistentes, perseverantes...
"confiando en el Señor, no me he desviado"

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria