sábado, 5 de febrero de 2022

"Enséñame, Señor, tus leyes"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La compasión de Jesús resalta en el evangelio hoy, como una fuerte llamada a la confianza... Contemplamos hoy dos imágenes que nos motivan a acercarnos a Jesús y permanecer con Él, encendiendo nuestro corazón en sus palabras y gestos...

La primera, en un sitio apartado, alejados del ruido, solos, Jesús y sus discípulos, instruyéndoles y explicándoles el verdadero sentido de sus palabras. La segunda, enseñando con calma a la multitud, que vagabundea como ovejas sin pastor, perdidos en los mil caminos de la vida, sin rumbo ni norte, respetando el ritmo lento al que camina cada "despistado y disperso", movidos en principio por la simple curiosidad de ver qué dicen aquí o allá, de qué hablan éstos o aquéllos...

Todos vamos perdidos, alguna vez, y necesitados de paciencia hasta que nos orientamos y pisamos caminos ciertos... ojalá esos caminos sean los de la fe, y pisados cuanto antes, centrados en la escucha de Jesús, transformados por su Palabra alentadora, sanadora, hasta que prenda en nosotros la verdadera esperanza... Busquemos a Jesús hasta encontrarle, y cuando le barruntemos, quedémonos con él para siempre; él es el buen pastor, maestro de vida... Recemos con la liturgia el salmo 118, y bendigamos al Señor; agradezcamos su benevolencia y compasión, y sigamos sus pasos...

"¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
Cumpliendo tus palabras. 

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe
de tus mandamientos. 

En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti.

Bendito eres, Señor,
enséñame tus leyes. 

Mis labios van enumerando
los mandamientos de tu boca. 

Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas" (Salmo 118)...


Perseveremos en la oración y recemos con confianza y fe, por todos nuestro enfermos, uno a uno... cada uno en su situación, con sus sombras... sus dudas... sus temores... sus dolores... también sus familias... ¡¡Beato Tito, escucha nuestras súplicas, preséntalas a Jesús para que puestos sus ojos en cada uno, se realice en cada uno su Voluntad!!... ¡¡No nos cansemos!!... mantengamos la llama de la fe y demos con ella luz y calor a cada hermano, haciendo crecer entre nosotros la comunión...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria...