domingo, 29 de abril de 2018

"Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; 
el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; 
porque sin mí no podéis hacer nada. 
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, 
pedid lo que deseáis, y se realizará. 
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; 
así seréis discípulos míos" (Jn. 15, 5-8).

La simbología que utiliza Jesús en el evangelio de San Juan, es extremadamente sugerente... Iluminada por el acontecimiento Pascual, remarca mucho los matices que vinculan al discípulo con el maestro... el fruto que nos une a la gracia, está centrado en la Persona de Jesús, por la relación y la amistad íntima... Nos conduce Jesús a su mismo corazón, y desde allí, nos "desvela", hasta "revelar", secretos muy profundos que nos hacen descubrir mundos nuevos, y caminos por donde recorrerlos...

La vida cristiana es esencialmente misionera y fecunda, y tiene que ser llevada por nosotros hasta este punto... pero lo es por participación... la savia tiene que circular para ser trasmitida... no es una vivencia subjetiva de un don mayor que nosotros... hemos de ir al fondo y emerger desde la raíz para ofrecer lo recibido gratuita y generosamente, desde la infinita bondad y misericordia de quien nos lo da todo gratis y en abundancia...


«Permanecer en mí», dice Jesús... Permanecer en la gracia de Dios... sí, por la oración... por los sacramentos, en especial la Eucaristía... por la lectura de la Palabra... desde ahí dar fruto abundante... Por el bautismo somos injertados en la vida de Dios; esto  significa que tenemos en nosotros su misma vida... Podemos entonces, pensar... sentir... actuar como Dios... Y, por si esto nos resultara algo lejano de entender, Él mismo se hizo uno de nosotros para explicarnos con lenguaje humano todas estas cosas divinas... Jesús, de forma muy sencilla, se identificó con la vid, y a nosotros con los sarmientos... Pensando en la íntima unión que existe entre ambas, entendemos todos a qué unión vital con Jesús estamos llamados para dar fruto...

Hemos sido creados, como dice san Pedro, «para participar del mismo ser de Dios». Y esto, no de forma abstracta, sino real... Ésta es la grandeza, la inmensa dignidad y el verdadero valor de todo ser humano, y su vocación en este mundo. Por lo tanto, tomemos conciencia de los dones tan grandes que nos han sido dados a partir de la RESURRECCIÓN de Jesús... Estamos llamados a vivir una vida transformada, que no tiene puestos los ojos en las cosas tan pequeñas que nos ofrece el mundo, sino en las metas tan altas para las que vivimos. Porque el don ya esta dado, pero nosotros nos tenemos que incorporar a él... Para ello, debemos ordenar una y otra vez, nuestros actos y toda nuestra vida según la Palabra de Jesús, Vid a la que tenemos que ir uniéndonos cada vez con más perfección, hasta que toda la vida de Jesús, corra por nosotros. Entonces habremos cumplido realmente nuestra vocación... Seremos personas «realizadas»... seremos felices... La felicidad a la que somos llamados comienza ya en la tierra; es la gran noticia...


Recordando a los enfermos del blog y queriendo acercar a cada uno las gracias que nos brinda la fe, recemos como cada día, amparados en la intercesión del Beato Tito, a fin de conseguir un aumento de paz y esperanza en cada corazón, que "siendo podados" por la Voluntad de Dios, se preparan así para dar frutos de vida en su persona y en su entorno... El misterio en que habitamos nos supera, pero nos incluye... por tanto, dejemos a Dios ser Dios, y vivamos cobijados a la "sombra" de su infinito amor... seguros... confiados... pequeños... Dios es nuestro Padre, el Labrador... Jesús, la Vid Verdadera... nosotros, sus sarmientos"...
"confiando en el Señor, no me he desviado"... 

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María