viernes, 11 de diciembre de 2020

"El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Nos sigue penetrando el alma la misericordia de Dios, gracias a la liturgia... adviento es una gracia renovada para hacerse asequible a cada uno de nosotros... Dios nos ama apasionadamente...

La voz del profeta Isaías -protagonista con la Virgen y Juan Bautista durante este tiempo- acaricia nuestra fe al eco de su voz, pintando ante nosotros un paisaje traslúcido, de comprensión, confianza, promesas, esperanza... Dios que es siempre gracia, no deja de ofrecerse a caminar a nuestro lado guiando nuestros pasos hacia la Vida...

Habitamos un mundo aturdido, desbordado de egoísmo, codicioso de poder, frívolo en sus objetivos, que sólo genera dificultades para todos, sin atender los atisbos de vida que hay en los pequeños gestos, que apoyados por la gracia podrían recomponer el deterioro generalizado, donde nos condujo la idolatría, de la que todos somos esclavos... Dios puede irrumpir en nuestra vida si atendemos a su voz, y curarnos de raíz todos los males... Seremos entonces bienaventurados -dichosos- si como reza hoy la liturgia con el salmo 1, ponemos nuestra confianza en Él, y sembramos de nuevo en su campo...

 "Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. 

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. 

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal" (Salmo 1)...


Volvamos a rezar unos por otros y pensemos hasta recordar a todos, uno a uno, en los enfermos del blog... también en sus familias... la pandemia... los nuevos infectados cada día... sus familias... Miramos al cielo deseando atraer nuevas gracias, a cada súplica... a cada suspiro... a cada anhelo... Nos acogemos a la intercesión del Beato Tito y seguimos haciendo caminos de confianza, activando la fe y la esperanza, mientras florece la espera... 
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria