viernes, 13 de noviembre de 2020

"Dichoso el que camina en la voluntad del Señor"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El final del año litúrgico se presta a tomar conciencia de que todo lo temporal tiene fin y no debemos vivir de espaldas a la realidad, porque hay un paso decisivo en nuestra vida, del que no debemos evadirnos, y al tenemos que hacer frente cada uno... En la vida se nos conceden muchas cosas, pero ninguna evitará, que llegado el momento, las dejemos todas aquí, terminadas, recién empezadas, o a medio hacer, eso no es lo importante, ¡¡todo es tan relativo!! ¡¡¡TODO!!! que ojalá aprendiéramos esa lección...

Llamamos injusto a Dios, porque no se ciñe a nuestros deseos, que además no suben un palmo del suelo, por hacer oídos sordos, a quien nos quiere dar la vida para siempre, que es para lo que hemos nacido, y para lo que debemos vivir en el tiempo... Nos hemos apropiado algo que no nos pertenece, porque ni siquiera sabemos... a Jesús, que nos lo quiere contar, mostrar, entregar, le hacemos el vacío, sin prestarle atención al don que acerca a nosotros cada día... Dios es el dueño de la vida, a pesar de ser el ignorado por excelencia, y es el único que no seduce con la mentira, a pesar de que no demos crédito a su Palabra... Nunca podremos reprocharle que nos ocultó la verdad, ni que fue traidor al sorprendernos con su llegada... La vida es sólo camino a este encuentro, y ojalá demos espacio a tan gran don, disponiéndonos a esta gracia...

El salmo 118, con palabras oportunas nos invita a rezar la esperanza, disponiéndonos a ser iluminados por la fe, elevando la mirada a la verdad ultima, de la que cada día estamos más cerca...

"Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor. 
Dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. 

Te busco de todo corazón,
no consientas que me desvíe de tus mandamientos. 
En mi corazón escondo tus consignas,
así no pecaré contra ti. 

Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras. 
Ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu voluntad" (Salmo 118)...


Pensando, como cada día, en todos y cada uno de los enfermos del blog... también sus familias... los que padecen Covid 19... sus familias... los que se han marchado de forma imprevista por esta catástrofe... sus familias... sumando, cómo no, a los que están entregados a esta causa, exponiendo la vida de forma tan humana y heroica, que sin duda son un testimonio con mucho eco... pedimos la intercesión del Beato Tito, y esperamos del cielo, gracias actuales que nos ayuden a dar frutos a nuestra fe... Creamos que es momento oportuno para la fe, coherente, comprometida, práctica... tenemos que incorporar a Dios a nuestro vivir cotidiano, y desandar los caminos que nos alejan de su gracia y su misericordia... -nos piden oraciones por Inmaculada, diagnosticada de cáncer, que se encuentra con mal pronostico necesitada de ayuda para luchar y de fortaleza para mantener la confianza en estos momentos duros de dolor-...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria