viernes, 30 de marzo de 2018

"Renacimos todos en la Cruz"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"¡Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto.
¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!(Himno litúrgico).

Si tenemos la valentía de contemplar el amor de Dios en el crucificado, hasta que su amor nos toque el alma, empezaremos a curar nuestras cegueras y despertaremos a la gracia de amar lo que Dios ama, en el mismo amor, en que somos nosotros amados...

Este misterio de amor infinito... gratuito... inabarcable... inexplicable de Dios a sus criaturas, es donde estamos envueltos mientras vivimos, aunque para dar con ello, tengamos -tantas veces- que enderezar nuestros senderos, haciendo camino de vueltas...


Aprendamos humanidad mirando a Jesús, aun pagando como Él, el alto precio del "fracaso aparente" de dejarnos ganar... El pecado causó -y sigue causando- grandes estragos en la historia y en las personas... Dejemos crecer, por el amor, el germen de la inocencia en nosotros, hasta que seamos capaces de expresarlo en frutos de vida, dejando "entrever" el Reino, conquistado por Jesús en el trono de la Cruz, que estando presente ya entre nosotros, aún así, nos necesita para hacerlo resplandecer en el tiempo, y en el "presente"...

Curemos nuestros pecados en la Cruz redentora de Jesús y tengamos la valentía de acercar a otros a esta gracia de valor incalculable... Si nuestra mirada no penetra en lo infinito traspasando el tiempo, nunca nacerá la esperanza en nuestro corazón, ni podremos de verdad entregarnos a la confianza... Todos nuestros "sueños" deben "despertar" en lo eterno, si queremos habitar en la paz...


Acerquemos a la Cruz el dolor de nuestros enfermos y pongamos ante ella, cuanto sufre cada uno, para que, en cada uno, la gracia desborde su eficacia... Pensemos en todos, uno a uno... también en sus familias... y ayudémonos también de la intercesión poderosa de los santos, que por haber hecho ya el camino entero, saben conducirnos sin que desviemos la dirección... nosotros como cada día, acudimos al Beato Tito y miramos al cielo, seguros... confiados... esperanzados... Dejémonos amar y salvar por Jesús desde la Cruz...
"confiando en el señor no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María