martes, 12 de diciembre de 2017

"Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. 
Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa
y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. 
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, 
si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: 
no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. 
Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!" (Mr. 33-37).

Estamos viviendo en la Iglesia el tiempo de adviento, preparándonos para la navidad... la liturgia nos refresca la memoria ayudándonos a tomar conciencia de las actitudes vitales del cristiano... No podemos vivir despistados, porque el Señor que vino en carne mortal hace ya dos mil y muchos años; que volverá, al final de los tiempos para concentrarlo todo en Él; no deja de acercarse a cada ser humano, a cada paso, en cada acontecer de nuestra vida... 

La vigilancia y la esperanza son los dos pilares donde se apoya esta espera... no una vigilancia, ni una esperanza cualquiera... sino la vigilancia que aguarda las promesas hechas, y que van cumpliéndose en el tiempo, si nos adherimos al don y acogemos la gracia...


El adviento es el tiempo más parecido a la vida humana... quien camina hacia un destino cierto, necesita tener la ruta marcada y unas pautas a seguir... Vamos todos, queramos darnos cuenta o no, al encuentro de las verdades eternas, y ciertamente podemos en cualquier momento quedar sorprendidos por su llegada... No es cuestión de vivir amenazados, sino dispuestos... conscientes de que, como dice también la escritura en otro lugar, "la representación de este mundo se termina"... 

Quiere el Señor ayudarnos con su presencia a iluminar los senderos de nuestra vida con los valores contenidos en su proyecto: el Reino... Acojamos los signos de vida contenidos en la palabra de Dios y decidámonos a dejarnos conducir por ellos... El Señor toma nuestra condición para enseñarnos y facilitarnos el camino, y es una gracia de un valor incalculable, que debemos acoger de manera agradecida y comprometida...


Aprovechemos la esperanza cristiana que nos brinda el adviento y llenemos el corazón de paz sumergiéndonos en ella... recordemos a todos los hermanos con que la queremos compartir y disfrutar... pensemos en los enfermos del blog... en todos, uno a uno... también en sus familias... -incorporamos hoy a Manolito y Rubén, padre e hijo, que han sufrido un accidente de tráfico y están en UCI... nuestra oración puede ayudarles a superar este momento y vivirlo confortados interiormente por la gracia, ellos y los suyos- ...busquemos la intercesión del Beato Tito y recemos confiados... el Señor está con nosotros y quiere caminar a nuestro lado... cerca... muy cerca... pongamos ante Él, el clamor de nuestras súplicas y no desconfiemos... aguardemos con paciencia su momento...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …