jueves, 19 de abril de 2018

"En verdad os digo, el que cree tiene vida eterna"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Dijo Jesús: "ésta es la voluntad de mi Padre: 
que todo el que ve al Hijo y cree en Él tenga vida eterna
 y yo lo resucitaré en el último día". 
Los judíos murmuraban y Jesús tomó la palabra y dijo:
 "No critiquéis". Nadie puede venir a mi si no lo atrae el Padre que me ha envidado.
 En verdad os digo, el que cree tiene vida eterna" (Jn. 6, 40-47).

Todo el capitulo 6 de San Juan, denominado "discurso del pan de vida", bien podemos decir, que es verdaderamente "un tratado de teología" de mucha hondura y profundidad, como para intentar asimilar su mensaje a la primera... Su forma reiterativa y hasta monótona de manejar los verbos, intentando concentrar la atención y penetrar en la "búsqueda de otra Luz", casi que desmotivan la escucha, más que la favorecen, por falta de imágenes nuevas y dinamismo verbal... Y nos dejamos ir lo que va en ello, que responde además a todas las inquietudes más profundas del ser humano, que no acertamos tantas veces a dar respuestas...

Ha de quedarnos claro, que la iniciativa de llevarnos al encuentro con Jesús es un don del Padre que no lo podemos provocar nosotros, pero que sí hemos de disponernos a recibir... No se llega a la fe sacando conclusiones desde lo lógico, lo conocido, lo dominable, o, lo controlable ¡¡no!!... La fe viene de arriba, y a la vez, habita dentro de nosotros, y sin adherirnos a esta gracia incorporando a ello las opciones y las renuncias que conlleva, es imposible situarnos en la vida en la dirección correcta, para que el camino sea cierto y nos conduzca a los objetivos propuestos por la Voz que llama...


¿Nos motiva de verdad la vida eterna como para dejarle ocupar el primer puesto en nuestro corazón?... ya sabemos lo que da de sí lo temporal... por muy lícito... por muy placentero... por muy ilusionante... por muy noble que sea... ¿No es ello una "palabra" que debemos pararnos a escuchar?... Tenemos sed de infinito y ante cualquier cosa que nos seduce, quedamos esclavizados... El amor excesivo de Jesús por el ser humano, quiere curar esta herida que el pecado ha dejado impresa hasta el fondo en nosotros, y ¡¡cómo nos resistimos!!... Creámonos que la Palabra de Jesús es liberadora, abriendo cauces a nuestro paso, iluminando las cegueras a la que nos vemos sometidos de tantas maneras... 

Recemos desde esta conciencia y seamos humildes para aceptar que no nos bastamos a nosotros mismos, y que Dios tiene respuestas a nuestras preguntas, que nos pueden llevar a la paz... En este contexto, es el mejor ámbito para pensar y recordar a los enfermos del blog... a todos, uno a uno... también a sus familias... y renovando nuestra fe, miramos al cielo ayudándonos de la intercesión del Beato Tito, para presentar nuestras súplicas ante el poder de Dios y su misericordia, en el deseo de que nos sea concedido, lo que de tantas maneras presentamos cada día ante Él... Dios puede dar fruto a nuestra fe y nosotros apoyados en esta certeza, seguimos anclados a la confianza de corazón...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María