viernes, 12 de abril de 2019

"En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó"...



 Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Estamos viendo a Jesús debatirse ante los planteamientos que le van cercando el horizonte por sus propuestas, y no hay entendimiento ni acogida para abrir camino a la verdad que él ofrece sin imponer; al contrario, su verdad es lanzada al viento dando cauce y fundamento a la fe, e impulso para que el bien brote de ella y se proyecte en el vivir de cada día, haciendo posible un mundo con perfiles más humano, donde vivir sea convivir, compartir, amar, servir...

¿Por qué la verdad, que es siempre liberadora, engendra violencia? ... ¿por qué la defensa de nuestros principios se tiene que enfrentar a la lucha, si lo que pretendemos es vivir nosotros, lo que creemos? ... ¿Qué provoca la fe en quienes no creen, que no les deja indiferentes? ... Muchos dieron la vida por la verdad dentro de la fe que profesamos, sostenidos ¡¡cierto!! por un don mayor que ellos, que les capacitó para alargar la mirada al infinito y descubrir detrás del horizonte, una Presencia Viva, donde sostener la lucha, cobijados en la confianza...

El salmo 17, pone en nuestros labios la mejor oración donde agarrarnos en la dificultad y la adversidad, seguros de que no estamos solos, ni vamos desviados, cuando en el camino ponemos los pies en su misma senda, conducidos por su palabra y su presencia... Dios camina a nuestro lado...

"Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. 

 Dios mío, peña mía, refugio mío,
escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. 

Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte. 

 En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos" (Salmo 17)...


Recemos, como cada día, con la memoria llena de nombres y el corazón de deseos de hacerles llegar a todos la gracia y la fortaleza que aporta la fe al creyente... pidamos al cielo, para los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... la gracia de la salud y el consuelo de la comunión... Que la intercesión del Beato Tito, que pagó el precio de su vida por la verdad, nos impulse a elevar nuestra mirada al cielo y creer... Que el cielo sea generoso con todos, y nosotros agradecidos, demos un paso al frente, decidido y coherente, con los compromisos de nuestra fe...
"confiando en el Señor, no me  he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...