sábado, 17 de octubre de 2020

"Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


En el terreno de la fe, la presencia del Espíritu Santo es siempre activa y eficaz... es la fuerza que sostiene, impulsa, abre paso al testigo, permitiéndole atravesar la dificultad con el arma pacífica de la valentía... quien apuesta por Jesús y camina a la luz de su Palabra, por las sendas del bien y de la verdad, acariciando en su alma las certezas de la fe, aun en medio de las tinieblas del mundo, está avalado por la misma gracia que proclama, simplemente con creer en ello, sin saber cómo es capaz de hacer frente a la contrariedad y la contradicción, sin  limites, impulsado desde dentro por una fuerza que está en nosotros, pero que es más grande que nosotros...

Por el contrario, quien disputa con la fe, enfrentándose a ella de forma impositiva, forzosa, violenta, con el propósito de anular, impedir, negar que esta luz se perciba y alumbre, él solo se condena a las tinieblas del egoísmo y la soberbia, pozos sin fondo de donde es imposible salir... esas actitudes nos dejan encerrados e incapacitados para cualquier rectificar y hacer camino de vuelta...

La misericordia es una perla que Dios nunca niega, a quien situado en su sitio, la implora con humildad, porque Dios se complace en la misericordia...La soberbia es la cizaña que ahoga la buena semilla, impidiéndole germinar y florecer... Jesús alerta, da el primer paso hacia nosotros, deseando situarnos en sus caminos, y comprometiéndose a venir con nosotros, a fin de que lleguemos hasta el final... El salmo 8, magistral acto de fe, es la propuesta hoy de la liturgia para que de verdad abramos los ojos a la misericordia, y nos dejemos salvar por la bondad infinita, de quien nos ama hasta el extremo...

"Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza. 

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? 

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos" (Salmo 8)...


Sigamos en el empeño de ayudarnos a avanzar por el camino seguro de la confianza... pensemos unos en otros y recordemos todos a los enfermos del blog... que estén todos, uno a uno... también sus familias... sin olvidarnos de ninguno, tampoco de los infectados por la pandemia... igualmente sus familias... Miramos al cielo, al amparo de la intercesión del Beato Tito, que sin duda el cielo nos devolverá en gracia el fruto de nuestra fe.. humilde... insistente... perseverante... Confiar es dejarse amar en la voluntad de Dios, sabiendo que Dios nos ama más que nosotros mismos... el Espíritu nos puede dar a conocer estas gracias, que dan certezas al alma, mientras vamos de camino...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria