viernes, 2 de marzo de 2018

"Al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"El niño se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres.
 Éstos creyendo que estaban en la caravana, anduvieron el camino de un día
 y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
 al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. 
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo,
 sentado en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas.
 Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: 
"Hijo, ¿por qué nos has tratado así? 
Tu padre y yo te buscábamos angustiados
(Lc. 2,43-46.48).

No nos narra la Escritura en este pasaje una "travesura" de Jesús, de la que nos sería fácil sacar varias conclusiones... no, estos incidentes, que parecen normales, aunque desajustan y alteran la normalidad, como pasa tantas veces en la vida de cualquier familia; en este contexto, nos obligan a contemplarlo, dando el salto decisivo de lo "razonable", a la fe... sorprende que aparezca de manera imprevista, aunque viene dándose en el desenvolvimiento normal de un trayecto... en la vida del creyente, cuando la fe se impone como norte desde donde se vive, conlleva siempre rupturas, que los afectos se resisten a entregar... Un judío a los 12 años, deja de ser niño, y con este gesto, Jesús marca, hasta remarcar, la nueva y decisiva etapa que se inicia en su vida, y que incluye la vida de los suyos... 

La actitud de la Virgen es verdaderamente aleccionadora... el respeto al misterio de Jesús, su Hijo... no es la primera vez que le conduce a guardar en el corazón, no sin dolor, lo que no entra en su cabeza... Ella, elabora reflexiva y silenciosamente cada paso... cada gesto... cada palabra... y la luz, oscura o deslumbradora, donde siente poner sus pies al hacer camino, va configurando su alma creyente, discípula fiel, acercándose a la misión confiada... 


En su ejemplo valoramos cómo la entrega se hace misión cuando el corazón ha madurado en la fe... y queremos acercarnos a su alma para entrar también nosotros por los caminos de la Voluntad de Dios, hasta que los recursos para vivir, fluyan todos de la confianza que nos da, saber que la vida, sin referencia al cielo, es un laberinto que nos recorta las alas, por ver frustrados la mayoría de nuestros proyectos...

La Virgen vive atenta, y hace camino en cada acontecer, creciéndose en la hondura y profundidad, con que a su tiempo, dará alcance al don que le sobrepasa... su actitud coherente de discípula, le ayuda a caminar con el oído atento y el corazón despierto, por el mismo camino que recorrerá su Hijo, con el objetivo bien definido de llegar hasta el final, porque la verdadera luz está en la frontera donde se cruza de lo relativo a lo esencial... y ese es el camino de la vida, que podemos facilitar con los medios que la gracia trae hasta nosotros y nos lo acerca de múltiples maneras en los mil sucesos de cada día...


Seguimos avanzando la cuaresma y seguimos haciendo camino... rezar es avanzar... rezar unos por otros, es disponernos a acoger el don... los enfermos del blog, ocupan nuestro interés, y nuestro deseo es ayudarles a crecer en la fe y en la esperanza... Recordemos a todos, uno a uno... también a sus familias... Son muchos los que pasan momentos intensos de dolor... es difícil la lucha, pero no vamos solos... tenemos las armas que suavizan y fortalecen... que consuelan y cobijan... Una vez más, es por la intercesión del Beato tito, como queremos acercarnos al cielo, esperando confiados, multiplicar el fruto de nuestra fe en gracias actuales para cada uno y la curación para todos, para gloria de Dios...

Despedimos ayer a Rosario Caro y tenemos que valorar, como un don inmenso para ella, cómo la hemos cuidado mientras sufría... Dios, que escribe derecho con renglones torcidos, habrá coronado su confianza, y sin duda, le concederá a partir de ahora, que ella nos siga ayudando a los que aún vamos de camino... el cielo y la tierra tiene eslabones de comunión entre los "peregrinos de la confianza"... Dios hace una historia preciosa, donde todos somos protagonistas ocupando un lugar diferente... merece la pena, fiarse hasta confiar, porque es fiel quien hizo la promesa...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María