jueves, 15 de octubre de 2020

"Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Celebra la Iglesia hoy en su liturgia la fiesta de Santa Teresa de Jesús, carmelita, y con su recuerdo nos muestra un camino de acercamiento y acogida a la gracia, que sería bueno no dejáramos pasar desapercibido... La comunión de los santos, misterio insondable del que vive la Iglesia, y con el convivimos los cristianos, es un arsenal de gracia, actual, eficaz, objetivo, por la fusión en el tiempo, del cielo con la tierra, quedando unidas las partes, y sostenidas ambas, gracias al Espíritu Santo, que hace posible lo que para nosotros es imposible...

Ya lo dice Jesús en el evangelio hoy, «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor»... entremos en el terreno sagrado de la fe, y descubramos su riqueza; valoremos el aporte de la fe y de la gracia al alma para el vivir de cada día, y avancemos en esa dirección; entremos en esa senda, y no pongamos resistencias... Dios da su gracia a los humildes, y nosotros podemos recibirla, despertando esa actitud en nosotros activamente...

El salmo 88, como siempre bien escogido por la liturgia, es una respuesta oportuna a esta Palabra, dando testimonio de esta experiencia, cuando por la gracia el alma es tocada, dejando expresarse a la fe, que vive de promesas certeras y esperanzas seguras, porque Dios es fiel, y cumple su Palabra, aunque las sombras de la noche oculten los rayos del sol, y nos parezca a veces, que la alborada está lejos... Los santos, son los testigos que alientan el "entretiempo" y con su intercesión nos ayudan a mantener la esperanza, en la paciencia y la confianza de corazón...

"Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.

El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos? 

Dios es temible en el consejo de los ángeles,
es grande y terrible para toda su corte.
Señor de los ejércitos, ¿quién como tú?
El poder y la fidelidad te rodean. 

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. 

Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey" (Salmo 88)...


Recemos humildes, unos por otros, y unamos fuerzas para reforzar la comunión y la fe... Recordemos a los enfermos del blog, peregrinos de la confianza... todos, uno a uno... también sus familias... demos cabida, cómo no, a los contagiados de esta pandemia de coronavirus, que nos azota sin piedad... Miremos al cielo y pidamos la intercesión del Beato Tito, para que nos sintamos socorridos, fortalecidos, ayudados... Que Dios y su misericordia vengan sobre nosotros, como lo pedimos con fe, mientras aguardamos la esperanza en su poder, por su Palabra...
"confiando en el Señor, no me he desviado"..

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria