sábado, 7 de abril de 2018

"Jesús les echó en cara su incredulidad y la dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


"Se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, 
y les echó en cara su incredulidad y la dureza de corazón, 
porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. 
Y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación
(Mc. 16, 14-15).

Curiosamente, aunque resulte paradójico, el preámbulo a la fe es la duda, y hasta la incredulidad... qué bien lo ponen de manifiesto los amigos de Jesús, que van paso a paso elaborando cada uno dentro de sí, las certezas con las que hacer frente a la realidad después de la Pascua...  La fe emerge siempre dentro de un proceso... hay que hacer camino... Aunque la Verdad fundamental que la convoca y que incita a incorporarla a la vida y al vivir cotidiano es objetiva, es "de otra índole" que la que solemos manejar los humanos... De ahí, que ni los que estuvieron cerca, ni los que estamos separados -en el tiempo- de aquel prodigio, entramos en su dinámica dejándonos llevar sin resistirnos...

La paciencia de Dios, favorece nuestra terquedad, haciendo intentos de comprensión hacia nosotros, sin dejar de acercarnos el don facilitándonos de mil maneras nuestra adhesión a él... El testigo tiene que ser además apóstol; es ése el siguiente paso que nos urge al compromiso y donde está la insistente llamada de Jesús que invita a los suyos -y en ellos a nosotros-, al despliegue de su proyecto en el tiempo y entre los seres humanos de cada generación...


El Reino, que está entre nosotros desde que Dios habita la tierra, es la misión pascual por excelencia que debemos compartir y ofrecer, los que hemos creído por la fe en la victoria de Cristo sobre la muerte... Ya sabemos que la fe es una actitud ante la vida, porque amplía la visión de la misma, detrás del tiempo... No nos evita nada de lo que el vivir trae consigo, pero sí que nos acerca una luz que nos permite no caminar a oscuras: hay promesas... hay criterios que conducen... palabras que dirigen... valores que priman... Presencia que conforta... 

Nosotros que tenemos la suerte de "vislumbrar" en la fe estos dones, hagamos el camino hacia ella sin escatimar esfuerzos y sin poner "entre puestas" según nuestros deseos "recortados" y nuestros razonamientos "interesados"... Dejemos a Dios ser Dios, y aceptemos el regalo de la vida, como criaturas, remitidos a Él y su Voluntad, valorando lo que con ello nos acerca, y donde, desde ello, nos quiere llevar...


Aprovechemos la liturgia de la Pascua para introducirnos en el misterio de la gracia... Los medios "eficaces" que la Iglesia nos ofrece, son determinantes... Aportemos a la comunión de los santos nuestros deseos de bien para todos los que hacemos cada día camino en la misma dirección y busquemos en ello los recursos de los que nos veamos menos fuertes... Pensemos en los enfermos del blog... recordemos a todos, uno a uno... también a sus familias... Ayudándonos a vivir de la intercesión de los santos, miremos al Beato Tito y pongamos en sus manos nuestras súplicas, dirigidas al cielo, para que él las ponga en la presencia del Señor y de su Madre, y el cielo nos devuelva en gracias frutos de vida a nuestra fe... Sigamos avanzando dirección, la confianza de corazón, y creamos en el amor de Dios nuestro Padre...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María