viernes, 28 de mayo de 2021

"El Señor ama a su pueblo"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El cristiano al abrazar la fe tiene que asumir La revelación como camino de conocimiento. Si recordamos, hace sólo unos días, la liturgia celebrada el acontecimiento de pentecostés, y la Iglesia se fortalecía, al acoger los dones del Espíritu Santo, para anunciar el evangelio y llamar a los hombres y mujeres de nuestro tiempo a la fe y a la vida de la gracia, incorporando lo sagrado y lo trascendente a los afanes de cada día...

Corremos el peligro de hacer el camino a la inversa y amoldar la fe a nosotros, en vez de ser nosotros quienes acogemos la fe, y nos dejamos enriquecer por ella... Solemos acercarnos a la fe con paso cambiado; nos cuesta descubrir que Dios es lo absoluto, y que su voluntad prevalece por encima de todo hasta el final... No podemos materializar la fe, ni utilizar a Dios para beneficio propio... el mundo es un proyecto de Dios, fruto de su amor infinito, y nosotros somos parte de ese don inmenso; de ahí, que adheridos a esa gracia, es como encontramos sentido a todo...

Tantas veces nos perdemos en ideas vanas, ambicionando dominar nosotros la existencia y determinar cómo deben suceder las cosas... Hoy, en el evangelio vemos una imagen de Jesús que no debemos pasar por alto... Jesús quiere dar a cada cosa su sentido, y nos reta a la fe cierta, segura... la que hace de Dios lo absoluto y de su voluntad, horizonte y meta... la fe une el cielo y la tierra y en su misterio somos iluminados... El salmo 149 nos da eco para la alabanza, sosteniendo la fe en la gloria de Dios...

"Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. 

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles" (Salmo 149)...


Mirando al cielo, donde cada día quedan recogidos nuestros "ayes" y suspiros, pensemos en los enfermos del blog, todos, uno a uno... también sus familias... Pedimos ayuda al Señor, acogidos a la intercesión del Beato Tito, esperando que su misericordia se derrame sobre nosotros... Fiémonos de Dios y acerquémonos a Él, que estaremos seguros...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria