domingo, 30 de mayo de 2021

"Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


La Iglesia en su liturgia se centra hoy en el misterio de Dios Trinidad, manifestándonos la vocación al amor que todos llevamos dentro... El misterio de Dios, del que somos parte, es insondable; en Él vivimos, nos movemos y existimos... siendo Dios, más íntimo a nosotros que nosotros mismos, puede ser para nosotros algo abstracto, irreconocible, indiferente, desconocido...

Dios está velado, no ausente, y quiere desvelarse, revelarse... permitamos fluir ese caudal de gracia que habita dentro de nosotros, quitando el dique de la soberbia que nos impide despertar al don de la filiación divina, y acojamos el amor de entrega y reciprocidad que vive en Dios, uno y trino, y que quiere derramarse en nuestros corazones, dejando morir la idolatría, que se nos cuela por las rendijas del alma, haciéndonos esclavos de lo contrario que necesitamos...

Hoy la Palabra de Dios proclama y anuncia, "Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre"... creamos esta palabra, recemos con ella haciéndole hueco dentro de nosotros... Y alabemos a Dios dejando resonar en nosotros el salmo 32, que la liturgia nos sirve hoy...

"La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.

La palabra del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos,
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti"(Salmo 32)...


Seguimos, rezando por los enfermos, con el corazón en la confianza... recordamos a todos, uno a uno... también sus familias...  son muchos los que necesitan fortaleza, y fuerza para luchar sin desfallecer, y nosotros queremos ayudarles a todos... Miramos al cielo y pedimos la intercesión del Beato Tito, para que nuestra fe, llevada por la suya, a la presencia de Dios, atraiga para todos, lo que pedimos con insistencia... la salud y la conversión, porque el tiempo siempre es breve y merece ser aprovechado...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria