lunes, 13 de septiembre de 2021

"Bendito el Señor, que escuchó mi voz suplicante"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


El milagro proclamado en el evangelio de hoy no es la curación del siervo del centurión, que es lo primero que salta a la vista, sino la actitud de este centurión frente a Jesús, que es lo que a Jesús admira, y lo que deja de manifiesto Jesús, para testimonio de todos...

Quién es Jesús y qué sabemos de él, es la pregunta que hacía Jesús ayer en el evangelio, a todos los que escuchábamos su palabra... y es que la fe, es mucho más que los milagros que podemos recibir a causa de ella... los milagros son los que pueden, en un momento dado, despertarnos a la fe, y no al revés... Si un milagro no nos desvela quién es Dios y el amor infinito que oculta a nuestros ojos su Voluntad, no podremos nunca sostenernos en los pilares que hacen posible la confianza, a pesar de que el viento arrecie en contra, o las tinieblas oculten a nuestros ojos la luz del sol...  

Pidamos a Jesús todo, pero no desconfiemos de él porque sus caminos y los nuestros estén desnivelados, y sus planes y perspectivas, no coincidan con las nuestras... Dejemos a Dios ser Dios, y dispongamos el alma a la escucha de su palabra para aprender sabiduría... Recemos con la liturgia el salmo 27, humildes y confiados, afianzando en Dios nuestra fe... 

"Escucha, Señor, mi súplica
cuando te pido ayuda
y levanto las manos hacia tu santuario.

El Señor es mi fuerza y mi escudo,
en él confía mi corazón;
él me socorrió y mi corazón se alegra
y le canta agradecido. 

El Señor es la fuerza de su pueblo,
el apoyo y la salvación de su Mesías.
Salva, Señor, a tu pueblo
y bendícelo porque es tuyo;
apaciéntalo y condúcelo para siempre" (Salmo 27)...


Como el centurión del evangelio de hoy, traigamos ante Jesús a nuestros enfermos... todos, uno a uno... también sus familias... Los peregrinos de la confianza, agarrados a la intercesión del Beato Tito, pedimos con fe la salud para todos ellos, aun sabiendo a qué nos comprometemos, comprometiendo a Jesús a realizar, por nuestra fe, lo que pedimos... Cada paso que avancemos hacia Jesús, irá dando forma a nuestra adhesión a Él, y esta gracia siempre tendrá frutos... para alimentarnos unas veces, y siempre para compartir con otros, estos dones que nos sobrepasan...
 "confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria...