miércoles, 27 de junio de 2018

"El sacerdote en el confesionario debe tener un corazón magnánimo"...


Volvemos a encontrarnos con el número 27 en el calendario... esta vez  de junio, y seguimos "celebrando perseverancia" en nuestro camino a la confianza de corazón... Agradecemos al Señor los frutos que vamos cosechando en esta siembra diaria, creando vínculos de comunión, a la sombra de la confianza y la fe... Son muchos los hermanos que cada día buscamos la gracia de la misericordia, que entre todos vamos generando al acercarnos cada vez más al Señor; y, que sentimos la necesidad de compartirla y ponerla al servicio de los demás, para que todos nos vayamos enriqueciendo... Es bonito valorar el interés de todos por cederle el paso a los que van encontrándose con dificultades mayores; y bonito valorar también, cómo eso, no nos hace disminuir el interés por los demás, teniendo para todos, recuerdo... interés... cariño... oración... y deseos de bien... 

Hemos crecido en número... en experiencias... y en humanidad... Vamos cayendo en la cuenta que con hermanos el dolor se suaviza y las alegrías se multiplican... Tenemos una familia con vínculos "eternos", y tenemos que seguir avanzando al único destino que la vida tiene: el cielo... Todos los que de alguna forma tienen protagonismo -por la necesidad- en nuestro encuentro diario, saben por experiencia que la fortaleza, el consuelo y la esperanza, no es un invento con el que evadirnos de la realidad cuando duele y nos sobrepasa... Vamos saboreando la experiencia que toca el alma, y estas marcas nos van haciendo fuertes, hasta encontrar sentido al dolor y fuerza para luchar en otra dirección que tantas veces hemos ignorado... 


Continuando con el tema... hemos de agradecer el planteamiento del Papa, cuando define lo que la Iglesia a través de sus pastores ha de proporcionar al penitente que se acerca a la búsqueda de la misericordia... merece la pena escucharle a él mismo: "A los sacerdotes renuevo la invitación a prepararse con mucho esmero para el ministerio de la Confesión, que es una verdadera misión sacerdotal. Os agradezco de corazón vuestro servicio y os pido que seáis acogedores con todos; testigos de la ternura paterna, a pesar de la gravedad del pecado; solícitos en ayudar a reflexionar sobre el mal cometido; claros a la hora de presentar los principios moralesdisponibles para acompañar a los fieles en el camino penitencial, siguiendo el paso de cada uno con pacienciaprudentes en el discernimiento de cada caso concreto; generosos en el momento de dispensar el perdón de Dios. Así como Jesús ante la mujer adúltera optó por permanecer en silencio para salvarla de su condena a muerte, del mismo modo el sacerdote en el confesionario debe tener también un corazón magnánimo, recordando que cada penitente lo remite a su propia condición personal: pecador, pero ministro de la misericordia" (misericordia et misera, n. 10)...

Actitudes todas que requieren para su eficacia de nosotros, a fin de que el encuentro con la gracia nos introduzca en la experiencia real de adhesión a Dios y su Voluntad, permitiéndole que su misericordia nos alcance... Quiere el Señor someterse a nuestras acciones para acercarse al ser humano, exponiéndose con ello, a que las cosas queden a medias, y a veces hasta mal hechas... Ciertamente Dios es más humilde que nosotros... a nosotros nos cuesta ver a Dios en nuestros semejantes y a Él no le cuesta "esconderse" en ellos para canalizar sus dones... 


Pensando en los enfermos del blog... en todos, uno a uno... también en sus familias... -Hermana Basilia, que camina con nosotros hace tiempo, que está enferma de cáncer y que reza por cada enfermo del blog, ha vuelto hoy a ser intervenida y necesita apoyo para la etapa que inicia, que se presenta complicada y difícil- ...acogidos a la intercesión del Beato Tito, miramos al cielo y ponemos en sus manos las súplicas que cada uno guarda en su corazón y que revela su dolor, su necesidad, su esperanza, para que el cielo nos devuelva en gracias los frutos de nuestra fe... Nos fiamos de Dios y le sentimos caminar a nuestro lado, haciendo de nuestro tanteo, nuestro acto de confianza en su poder, en su amor, en su misericordia...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.



Padrenuestro – Ave María - Gloria...