lunes, 21 de octubre de 2019

"Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Se balancea hoy la liturgia entre dos actitudes contrarias, ambas reflejadas en el corazón humano, según la inclinación que demos a nuestros afectos y según los criterios en los que iluminenos nuestros pasos y la dirección de nuestra vida... Soñar sueños... hacer suposiciones... pintar ideas -hasta enemistarnos-... !!Qué dados a este tipo de historias falsas que nunca nos llevan donde queremos ir!!... En cambio, quien cimienta su vida en las promesas de Dios, y camina a la luz de su Palabra, en la paciencia de la fe, cultivando la semilla de la gracia, !!nunca queda defraudado!!

Al tiempo, cuando descansa en lo eterno, le nacen flores hasta en el invierno de la vida!!... Dios es fiel!!... Creamos... Dejémonos instruir en la escucha activa, orante... El Señor visita sin cesar a su pueblo... Cada día, su Palabra, crea, recrea, sana, cura, perdona, ilumina, impulsa...

El canto de Lucas, con que la Iglesia mira hoy al cielo en su liturgia, es un testimonio de fe, al que podemos sumarnos, alimentando la nuestra, ilusionados en hacerla crecer, hasta madurar, para vivir de ella... 

"Nos ha suscitado una fuerza de salvación 
en la casa de David, su siervo, 
según lo había predicho desde antiguo 
por boca de sus santos profetas. 

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos 
y de la mano de todos los que nos odian; 
realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, 
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. 

Para concedernos que, libres de temor, 
arrancados de la mano de los enemigos, 
le sirvamos con santidad y justicia, 
en su presencia, todos nuestros días" (Lc. 1, 69ss)...


Con el entrañable recuerdo, como cada día, para cada enfermo del blog, poniéndoles a todos ante la misericordia de Dios para que actúe en ellos, miramos al cielo pensando en cada uno... también en sus familias... queremos apoyar cada situación, que es una gran batalla en la que nos necesitan todos para luchar... -nos piden incorporar hoy a Juan, Luís, Gabriel, Edu y Eduardo.. que la fuerza de la comunión, unida a la esperanza y la fe, hagan brotar la confianza que atrae hacia cada uno el consuelo de Dios y la capacidad de mantener el ritmo al caminar aunque duela el alma y la batalla arrecie- ...Que la intercesión del Beato Tito, nos haga posible ver realizar lo que cada uno suplica con fe humilde, insistente, perseverante... Ojalá veamos la gloria de Dios en nosotros, y lo sepamos agradecer coherentemente...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

3 comentarios:

  1. “BENDITO SEA EL SEÑOR, DIOS DE ISRAEL, PORQUE HA VISITADO A SU PUEBLO”...

    El hombre, por su naturaleza débil, es codicioso, avaricioso, envidiosos, lujurioso... y no se cuantos más descalificativos podríamos adjudicarle. Y estamos todos metidos, ninguno se salva ante la bondad infinita de Dios. El hombre es así, y más hoy día, con una educación que nos inculca desde muy pequeño gran competitividad en todo. La sociedad, el consumo, el poder... nos envuelve con una coraza invisible, pero tremendamente poderosa y casi insalvable e imposible de traspasar. Hay pocas armas para vencer esta fuerza de atracción; pero los cristianos tenemos la fe, la esperanza y la caridad, amor que neutraliza, como los antídotos a la pozoña, estos males de nuestra naturaleza y de nuestra sociedad. la Palabra y el Espíritu Santo, nos ayudan en todo momento a alimentar estas virtudes cristianas

    Nunca nos dejó el Señor abandonados a nuestra suerte, ni cuando nos creó y colocó en el paraíso, ni cuando nos expulsó por la codicia de Adán y Eva. La vida de su pueblo, Israel, sus profetas y sus personajes principales, fue fiel reflejo de su presencia y de su amor, a pesar de las continuas ofensas y desaires que continuamente le hacían. Era tanto su amor por el hombre, que mandó a su propio Hijo para salvarnos. Si, nos salvó de la muerte, y no con una barita mágica, o divina si quieren ustedes, sino con un sacrificio enorme, que todos conocemos, donde la sangra derramada se confundía con la humildad, el perdón, la misericordia y el amor.

    Por eso, porque dio tanto Jesucristo, es por lo que nos avisa, para que no sea todo su sacrificio en vano, para que aceptemos en libertad la senda que con tanta generosidad nos construyó. No perdamos el tiempo en bienes materiales superfluos y perecederos, miremos cotas mucho más altas, al cielo, al Sagrado Corazón de Jesús Resucitado. Hagamos como Él, entreguémonos a los demás, seamos humildes y no acumulemos lo que tendremos que dejar atrás, lo que no nos cabrá en las alforjas de buenas obras, el día, que llegará, del juicio final. Dios quiera que la misericordia del Señor se apiade de nosotros pecadores.

    Recemos y agradezcamos a nuestro Padre lo que nos da cada día. A la Virgen María le pedimos consejo y protección. Del Beato Tito Brandsma su intercesión ante nuestro Señor para que les de fuerza a nuestros enfermos hasta que se cumpla la voluntad de Dios. Queremos la curación de cada uno de ellos sin excepción y se lo pedimos con insistencia humilde. Amén

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  2. El evangelio de hoy nos hace recapacitar claramente en lo efímera que es la vida terrenal, ya que la muerte nos puede llegar en cualquier momento:

    “Necio, esta noche te van a exigir la vida”.

    La vida terrenal es una vida de paso, una vida caduca, una vida temporal, una vida finita.

    Sin embargo, esto no siempre fue así, ya que Dios en su inmensa bondad con el hombre lo crea a su imagen y semejanza, situándolo en el centro del paraíso y proveyéndolo de todo el universo a sus pies en una idílica vida inmortal.

    Pero el hombre, Adán, en su desobediencia y codicia peca contra Dios al creer que puede desafiarlo, encontrando como consecuencia el castigo divino traducido en trabajo, padecimiento, dolor y pérdida de la inmortalidad.

    “Como comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la tierra va a estar bajo maldición por tu culpa; con duro trabajo la harás producir tu alimento durante toda tu vida. La tierra te dará espinas y cardos, y tendrás que comer plantas silvestres. Te ganarás el pan con el sudor de tu frente hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás” (Génesis 3,17:19)

    Es decir, a través de Adán y su conducta el hombre, tras su vida terrenal se ve abocado a la muerte, a la nada, al polvo.

    Sin embargo, a pesar de que esta vida es pasajera y finita el hombre, en su inmensa codicia, como el hombre rico del evangelio, sólo se preocupa muchas veces de atesorar bienes materiales, de atesorar riquezas terrenales, de atesorar y fomentar el materialismo y el consumismo muchas veces descontrolado.

    Y una vez que sobreviene la muerte, ¿De qué nos sirve todo nuestro dinero y nuestros bienes terrestres?. ¡Qué pobreza la de los que, al igual que este hombre rico del evangelio, sólo posee riquezas materiales, riquezas superflua, riqueza terrenal!. La verdadera riqueza nos viene de poseer una vida rica en valores aprendidos del evangelio, rica en amor al prójimo, rica en amor a Dios y rica en amor de Dios.

    Sin embargo, si Adán nos hace caer en el pecado original, acarreándonos el castigo divino, Jesús, en contraposición de Adán, en su inmensa misericordia y benevolencia, gracias a su sacrificio desinteresado como Cordero Pascual nos redime de este pecado y nos consigue la gracia de la salvación eterna a través de la resurrección después de la muerte.

    Jesús es la antítesis de Adán. La actitud de Adán condena y la actitud de Jesús salva. Adán desobedece a Dios al intentar desafiarlo y pretende conseguir beneficios personales con esta desobediencia, intentando con esa actitud “asemejarse a Dios, y convertirse en Dios”.

    Sin embargo, Jesús, “siendo Dios” obedece sin reservas a su Padre celestial, llegando en esta obediencia a su sacrificio humano en pos de conseguir el beneficio de la salvación para toda la humanidad.

    Jesús, sin lugar a dudas, es la antítesis de Adán. Si por éste perdemos la inmortalidad concedida por Dios, por Jesús la volvemos a recuperar gracias a la posibilidad que Él nos brinda de la resurrección eterna.

    Y sabiendo que poseemos la inmortalidad en nuestra vida celestial no malgastemos nuestro tiempo de vida terrenal sólo en el atesoramiento de bienes materiales llevados única y exclusivamente por el afán consumista. Dediquemos el tiempo de esta vida terrenal en atesorar otros bienes, los bienes que nos enseña Jesús: misericordia, bondad, caridad, amor al prójimo, fe en Dios…

    Porque estos bienes sí que nos hacen convertirnos en hombres ricos, ricos en amor a Dios, rico en experiencia y vivencia cristiana.

    Quisiera seguir uniendo mis oraciones a todas las vuestras en una comunión total de los santos para que los enfermos del blog en esta vida terrenal encuentren el consuelo, la esperanza y la fe necesaria para su recuperación. Pido también la intercesión de nuestro beato Tito para que haga posible esta mejoría de todos ellos



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