lunes, 16 de septiembre de 2019

"Bendito el Señor, que escuchó mi voz suplicante"...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Qué bonito observar a Jesús "desarmado" por la fe de este centurión, donde si ponemos la nuestra, y es de esa "talla", podemos también, cambiado el sujeto, recibir la misma alabanza de Jesús y el mismo fruto a nuestra súplica... Todas las gracias concedidas a la fe no tienen otra razón de ser que impulsarnos a dar un paso más, en anchura, altura, hondura, profundidad... porque, ¡¡no lo olvidemos!! la dimensión trascendente de la vida es la que nos va permitiendo no perder el norte, y darle valor al tiempo, viviendo con sentido el presente en lo real...

La dependencia de Dios, de su Voluntad, de su Palabra, es la verdadera realización del ser humano; y ni siquiera sabemos qué implica todo esto... La fe amplía el horizonte, nos eleva por encima de lo transitorio y enciende en nosotros el deseo de lo esencial... ¡¡es todo tan efímero!! ¡¡cuántos proyectos se desvanecen ante nosotros sin que veamos cumplidas nuestra expectativas!!... 

No es la Voluntad de Dios una amenaza de la que tengamos que evadirnos soñando sueños infantiles ¡¡no!! el reto en la vida es vivir; pero vivir no es sumar días a la existencia... y esta percepción viene de otro sitio... Dios la da, y además, nos ayuda a conquistarla... Vivamos con la certeza de que Dios escucha siempre nuestro clamor; y, hoy, la liturgia nos dice cómo pedirlo, con el salmo 27...

"Escucha, Señor, mi súplica
cuando te pido ayuda
y levanto las manos hacia tu santuario. 

El Señor es mi fuerza y mi escudo,
en él confía mi corazón;
él me socorrió y mi corazón se alegra
y le canta agradecido. 

El Señor es la fuerza de su pueblo,
el apoyo y la salvación de su Mesías.
Salva, Señor, a tu pueblo
y bendícelo porque es tuyo;
apaciéntalo y condúcelo para siempre" (Salmo 27)...


Como el centurión del evangelio de hoy, traigamos ante Jesús a nuestros enfermos... todos, uno a uno... también sus familias... Los peregrinos de la confianza, agarrados a la intercesión del Beato Tito, pedimos con fe la salud para todos ellos, aun sabiendo a qué nos comprometemos, comprometiendo a Jesús a realizar, por nuestra fe, lo que pedimos... Cada paso que avancemos hacia Jesús, irá dando forma a nuestra adhesión a Él, y esta gracia siempre tendrá frutos... para alimentarnos unas veces, y siempre para compartir con otros, estos dones que nos sobrepasan...  
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

2 comentarios:

  1. “SALVA, SEÑOR, A TU PUEBLO”
    Salmo 27

    “Escucha, Señor, mi súplica cuando te pido ayuda y levanto las manos hacia tu santuario”... sal 27

    Que importancia tiene la oración y la fe en la voluntad del Señor. Siempre está dispuesto a escucharnos, a comprendernos y protegernos No olvidemos que es misericordia y bondad infinita, que siempre quiere lo mejor para nosotros, aunque a veces no lleguemos a entender su voluntad. Esto ocurre porque nuestros tiempos son limitados y Dios es atemporal, sin principio ni fin, vive todos los presente al mismo tiempo y su sabiduría en infinita. Tenemos que confiar en sus planes, porque nuestra fe es inquebrantable, pase lo que pase, bueno o mala, porque esa es la voluntad del Señor.

    “Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad”... Carta del apóstol San Pablo a Timoteo (2,1-8).

    En el Evangelio de hoy, san Lucas (7,1-10), la fe de un Centurión romano conmueve la voluntad de Jesús, atendiendo sus peticiones de que curase a un criado. Tenía tanta fe, que le pide que no se moleste en acudir dónde este enfermo está, porque tiene la seguridad que sólo con su voluntad es suficiente para sanarlo. Y es que nuestro Señor solo nos pide fe, que creamos en Él, y todo lo demás vendrá por añadidura de la mano del Espíritu Santo.

    “Señor, no te molestes... Dilo de palabra, y mi criado quedará sano... Al oír esto, Jesús se admiró de él... dijo: Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.
    Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano” (Lc 7,1-8)

    Nosotros pecadores, a tu compasión y bondad nos acogemos en este blog, Señor. Yo pecador, a tu compasión y bondad me acojo, para que escuches mis súplicas. Tú sabes muy bien cuales son, lo que quiero, lo que te pido con una insistencia humilde y cansina, lo que te pedimos todos aquellos que la queremos tanto... Que se haga tu voluntad y no la nuestra... Pero escúchanos, Señor, no nos deje con este desconsuelo, atiende nuestras plegarias, nuestros ruegos y oraciones bañadas en lágrimas. Tú eres todo poderoso y nada hay imposible para Ti. Aunque pecadores, concédenos lo que te pedimos. Amén

    Me uno con las monjas carmelitas y a todos los seguidores del blog en oración por CRISTINA MACÍAS, LUNA MATEOS, RAFAELA CORDERO, PABLO, TOÑI GIL Y CARMEN, para que nuestro Señor haga de nuestra voluntad la suya y las sane de esta enfermedad que la tiene con tanto dolor a su familia.

    Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma. Espíritu Santo, Dios verdadero, guíanos al corazón del Padre, lleva nuestras oraciones y suplicas a lo más profundo de su voluntad; se centro y limite de nuestra comunión de los Santos, forma parte de nuestros sufrimientos, comprende nuestros anhelos para aquellos que amamos con toda nuestra alma y que sufren por su enfermedad. Derrama tus dones sobre nosotros y recoge para el Señor los frutos de nuestro amor por Él y la Virgen María. Amén.



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  2. Hoy el rasgo más significativo del Evangelio es sin duda la FE, esa fe que el centurión romano le demuestra a Jesús suplicándole la curación para su criado, para ese criado tan querido por él. Y mucho más llamativo aún el hecho que esta FE profesada a Jesús en el Evangelio de hoy no viene de ningún estricto cumplidor de las leyes de Dios, de ningún gran maestro de la Ley, de ningún fariseo de conducta intachable. Esta demostración de FE la profesa un centurión, alguien que sólo es un gentil.

    Al igual que el centurión, muchas veces nosotros, que en nuestro comportamiento nos comportamos también como “gentiles” al distanciarnos de Dios, nos “sobreviene” esta fe en momentos de aflicción, en momentos de angustia, en momentos de desesperación, en momentos en los que vemos la enfermedad cara a cara y no sabemos cómo actuar.

    En estos precisos momentos, momentos de profunda aflicción en los que nos sentimos aturdidos y sentimos que no somos dueño de nuestra vida es cuando necesitamos de una respuesta que se encuentra fuera de nuestras manos, buscamos algo más allá a nuestro mundo material, buscamos a Dios como único recurso, porque sabemos que Él es el que nos puede dar ese consuelo que necesitamos en esos momentos de pesar.

    ¡¡¡Qué paradoja!!!. ¿Verdad?. Cuántos de nosotros hemos encontramos el amor salvador de Dios y Su consuelo en momentos en los que no hemos visto salida en nuestras vidas. Él nos ha transmitido esperanza en momentos de pesadumbre y Él nos ha proporcionado consuelo en momentos de aflicción.

    Y como el centurión , que gracias a su FE ve recompensada su súplica lanzada a Cristo y su amado criado recobra finalmente la salud, de la misma forma lanzo ese mismo mensaje a todos los enfermos del blog y a todos esos “centuriones” que suplicáis la curación para ellos. Hoy en este comentario he tenido en mente especialmente a todos los enfermos del blog, porque creo que el Evangelio hoy iba dedicado a todos ellos.

    Porque si Cristo en su inmensa bondad accede a las súplicas que con fe le solicita este gentil, este centurión y cura a su criado. ¿Cómo no va a ser aún más bondadosos con vosotros,
    vosotros que sois “centuriones” de la confianza?



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