sábado, 20 de abril de 2019

"Sábado santo... silencio, soledad, ESPERANZA"...



 Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Impresionados por la muerte de Jesús, si es que le hemos visto morir y muerto; y doloridos en su dolor, pues le hemos matado nosotros dejándole ir solo hasta allí, nos sentimos herir por el silencio del sábado santo... 

Sólo la Virgen, que deja acariciar su fe en el recuerdo de las promesas hechas, enciende hoy en la Iglesia la lámpara de la esperanza, en la que podemos iluminar nuestro corazón a la espera de ver cumplida su Palabra... Él lo dijo... ¡¡lo cumplirá!!... 

La esperanza cristiana es teologal... ¡¡demos el salto a la fe!!... 

El pecado del mundo ha puesto línea divisoria entre el cielo y la tierra, por lo que el tiempo se ve obligado a atravesar el umbral hasta lo eterno, que velado por el misterio nos deja oscurecida la percepción haciéndonos sentir vulnerables... Hemos materializado tanto la vida que no somo capaces de sentirla prolongar fuera de nuestra corta mirada temporal, primaria, intrascendente... si creemos, desde ahora, Jesús será el puente de paso, por donde avanzar seguros al corazón de Dios... Acerquémonos a la Virgen; demos consuelo a su soledad y pidámosle cobijo para nuestra fe débil y nuestra esperanza corta...


La muerte de Cristo puede dar sentido al dolor del mundo... Pidamos por los enfermos del blog... todos, uno a uno... también sus familias... para que la enfermedad no sea piedra de tropiezo, sino germen de vida teologal para cada uno de ellos... Que la intercesión del Beato Tito nos alcance del cielo lo que pedimos cada día con fe y esperanza... la salud, y la gracia de crecernos en la Voluntad de Dios, confiados y seguros de su amor por nosotros hasta el extremo...
"confiando en el Señor, no me he desviado"...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro - Ave María - Gloria...

1 comentario:

  1. “SÁBADO SANTO... SILENCIO, SOLEDAD, ESPERANZA”...

    Hoy, Sábado Santo, es un día de soledad del cristiano. No está Cristo, está sepultado. Es un día de vela, del que murió para hacernos un gran regalo. Es un día de esperanza, de vivir eternamente a su lado. Es un día de congoja, de haberlo visto sufrir tanto. Es un día de remordimientos, de sentimientos encontrados. Es un día de propósito de enmienda, de comenzar a amar para estar eternamente a su lado... es un día de esperar la alegría, de que vuelva a la vida resucitado.

    No es posible, a pesar de los años, abstraerse de la tristeza, cuando rememoramos la pasión y, en este día, la muerte de nuestro Señor Jesucristo. Todos lo hemos visto sufriendo las humillaciones, los latigazos, coronado de espina con el manto y el cetro en sus manos atadas, crucificado, sediento y desangrado, lanceado, con María a sus pies y Juan -su hermano para siempre-, hablando con los ladrones, perdonando, increpando al Padre ser abandonado y, por último, antes de expirar, entregándole su Espíritu... Nuestros sentimientos de cristianos se ven rendidos a esa entrega del Hijo de Dios y Dios mismo por toda la humanidad. Humildad y amor, Cuerpo y Sangre de Cristo. Juntos, forman un cóctel que se nos da para que sepamos seguir el camino que nos llevará a compartir la presencia eterna de la Santísima Trinidad.

    Pero nuestra tristeza y nuestra fe se verá recompensada porque Cristo Resucita y asciende a los Cielos, a la derecha del Padre, donde permanecerá hasta la segunda venida, al final de los tiempos, que vendrá a juzgarnos. Es el Resucitado Nuestra Esperanza de vida eterna.

    Cristo muere, pero en este día vive en cada uno de nuestros corazones. Le pedimos al Padre no abandone a nuestros enfermos, que los sane, en nombre de Jesucristo y por el amor de María Santísima del Mayor Dolor. Pedimos la intercesión del Beato Tito Brandsma. Amén

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