viernes, 8 de septiembre de 2017

Dar de comer al hambriento...


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


Cuando logramos entender en qué consiste la caridad y cómo despertamos a ella desde dentro de nosotros, el amor al prójimo es el efecto más inmediato... empezando por las necesidades más primarias que son las más provocativas y las que más hacen sufrir, porque son consecuencia del pecado colectivo de codicia y ambición, en el que también nosotros tenemos parte... 

Esta obra de misericordia es muy práctica... muy concreta... y todos podemos colaborar con alguna iniciativa para ponerla en práctica... seamos generosos... hay muchas hambres, pero la de pan es escandalosa... dolorosa... y determinante para combatir otras muchas, que tendremos que ir erradicando también, pero de manera sucesiva...


Jesús se solidariza con el pobre y el hijo de Dios tiene que saber reconocerle en él... no es cuestión de sugestionarse, sino de acercarnos a Dios... recibir su amor... y agradecidos, decidirnos a amar... imponernos el amor al prójimo tiene poca consistencia y perseverancia, en cambio emplearnos en los previos, hasta permitirnos florecer en ese don, es lo más fructífero y lo que a Dios más le agrada... 

No pasemos de largo... miremos a Dios hasta que en sus ojos veamos a los pobres... están clamando y colaboramos al mal, pasando de largo...


La oración es la búsqueda sincera de Dios... nosotros somos peregrinos y caminamos en esta senda, construyendo la comunión, el deseo de bien para todos... sigamos rezando unos por otros y motivémonos a hacer el bien... recordemos a los enfermos del blog, a todos, uno a uno... -incorporamos como apuntaron ayer a Antonia Gil Martínez y Presentación Gavilán Valdivieso, enfermas de cáncer... no nos olvidemos de Ángel Pascual, sigue mal...- acudamos a la intercesión del Beato Tito mirando al cielo y presentemos nuestras súplicas en el deseo y la necesidad de vernos favorecidos... nos fiamos de Dios, pero insistimos en lo que a nosotros nos parece lo mejor... sin dejar de esforzarnos, en hacer también nosotros, lo que Dios quiere... hay que ser coherentes, y si pedimos ser atendidos, no debemos hacernos los sordos a lo que solicitan de nosotros, que además es para nuestro bien...

Beato Tito, ruega por nosotros...

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria …

1 comentario:

  1. Seguramente ninguno de los seguidores de este blog ha conocido él hambre, a no ser que haya o esté haciendo alguna dieta de adelgazamiento, como yo por ejemplo. Este es un hambre consentido y por una supuesta mejoría física o estética, que, con más si que no, provoca mal humor y hasta mala idea muchas veces. Yo si he escuchado, en muchas ocasiones, a mis pacientes mayores, historias de la postguerra civil española, donde el hambre sacudió prácticamente a toda España, a excepción de algunos privilegiados. Os aseguro que lo que cuentan ponen los pelos de punta, como comer las algarrobas del ganado, yerbas que nunca antes hubiesen comido, incluso alguien me contó como, a falta de otra cosa, llego a cocer unas suelas de cuero... en fin historias pasadas para los españoles, demasiado duras y tristes.

    Demasiado duro y triste, es ver a tantos niños en el mundo, y también adultos, que pasan hambre, hasta el punto de morir por su causa o quedar con graves deficiencias orgánicas y mentales. No es justo de ninguna manera, mas aún, cuando sobra tanto en otras partes del mundo, que se pudren o tiran en toneladas. También en nuestro país, en estos años de crisis, ha habido muchas familias que han pasado gran dificultad para llenar sus despensas. Aquí la Iglesia, a través de Cáritas ha hecho una gran labor, a la que los cristianos de buen corazón ayudan con lo que su conciencia les permite. Seguramente todos podríamos hacer mucho más por ellos y así ganarnos el amor y la gracia de Dios.

    Esa frase tan repetida ante la penuria de los demás: ¿y qué puedo hacer yo?... Tenemos que erradicarla de nuestros pensamientos y de nuestras conversaciones. Siempre se puede hacer algo por paliar las necesidades de nuestro prójimo necesitado. Tenemos que dar ejemplo de buen cristiano y seguir el ejemplo de tantos que luchan por paliar el hambre en el mundo, muchas veces arriesgando su vida. Estoy seguro, que seremos mucho más felices ayudando a un hambriento, que pasando de largo o mirando para otro lado ante las necesidades de los demás. Hagamos de su hambre la nuestra, acerquémonos al Espíritu Santo, agrademos al Señor Nuestro Dios.

    Como todos los días pedimos por todos y cada uno de nuestros enfermos, para que la misericordia del Señor se derrame sobre ellos, les de la salud de cuerpo y alma, por la intercesión del Beato Tito Brandsma. Madre nuestra y Madre de Dios, ruega con nosotros, para que los planes de tu Hijo sean nuestros planes, lo que deseamos para nuestros familiares y amigos enfermos. Amén.

    ResponderEliminar